Mientras el PP espera “a que hable la justicia” para ver si mantiene en la Comunidad Valenciana a tres candidatos imputados y convence a Francisco Álvarez Cascos que deje de marear en Asturias, el PSOE se enfrenta a Tomás Gómez en Madrid. El ex alcalde de Parla dice estar limpio de mácula y tener la fuerza indestructible que da la kriptonita. Aunque Manuel Chaves le haya llamado a capítulo y le haya enseñado encuestas pesimistas, Gómez insiste en que quiere tener la oportunidad de enfrentarse a Esperanza Aguirre y, salvo sorpresas, perder.
La historia de los socialistas madrileños hace ya tiempo que parece un vodevil de esos que sale y entra gente a través de una cortina. Gómez tiene los apoyos de la ejecutiva regional y del presidente de la FEMP, Pedro Castro, pero no de la todopoderosa ejecutiva federal, que ya le ha hecho unos cuantos feos a través de José Blanco. Su anterior valedor, José Luis Rodríguez Zapatero hace ahora de Lex Luthor, el malvado de Superman, y deja caer que no admitirá “posiciones numantinas”. Su respuesta ha sido contundente: si en Ferraz tienen a alguien mejor, que haya primarias. Dado el historial de los socialistas madrileños y de sus espantadas tras perder en las urnas, es fácil de entender el empeño de Gómez por tomar la alternativa y oponerse a los nombramientos a dedo.
Arrebatar a la primera el poder a Esperanza Aguirre resulta complicado en un momento en que la madrileña está centrada en sus dominios y ha dejado para mejor ocasión la tarea de oponerse a su jefe en algunos temas y adelantarse a él en todas las demás cuestiones. Sin la ayuda de la kriptonita, esquiva la Gürtel a base de expulsar rápido de su partido a los sospechosos. El jefe de unos espías que siguieron a dirigentes y amistades sospechosos de ser poco afines la presidenta o demasiado afines a Mariano Rajoy, supervisa ahora la seguridad de los cuadros del Museo del Prado. La juez no ha apreciado malversación, sólo algunas coincidencias muy curiosas entre espías y espiados, que se presentaban en el mismo sitio y a la misma hora. El vicealcalde de Madrid y Alfredo Prada se han rendido y han retirado su recurso a petición de Mª Dolores de Cospedal. Mientras el PP hace equilibrios entre la Justicia y su código ético, en el PSOE madrileño ya ha empezado el culebrón del verano.
Luz Sanchis