Jaime Lissavetzky será el candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid porque aquellos que respaldan a Tomás Gómez ven, y también, en él a uno de los mejores y, por tanto, un buen candidato para competir con Gallardón, si éste finalmente vuelve a presentarse. Y, por tanto, no habrá primarias en la capital.
Sabemos mucho del proceso interno de selección de candidatos en el PSOE, pero sabemos muy poco sobre cómo se hace en el partido que gobierna la ciudad de Madrid y la Comunidad. Los rumores hablan de cambios. Y los candidatos a candidatos comienzan a pulular por las páginas de esos generadores de bulos que son los mal llamados confidenciales.
Y todo ello porque desconocemos cual será el procedimiento. Aunque nos tememos que será el fruto de alguna tentación: que se quede todo como está; que asuma otro el riesgo de perder la mayoría absoluta; no me quiero enfrentar a un abandono a mitad de partido para ir al Congreso… son algunas de las cábalas que se hacen unos y otras, seguramente.
Sería bueno que el debate se resolviera con luz y taquígrafos y se entierre el modelo “cuaderno azul” para siempre; es una cuestión de calidad democrática. Aunque todo apunta a que serán los tácticos de salón quienes asumirán el movimiento de piezas en el tablero electoral e institucional, según los diferentes juegos de intereses.
Para Jaime Lissavetzky el problema de la decisión ya ha terminado. Es un político brillante que ha demostrado una alta capacidad de gestión en uno de los mundos más complejos de nuestra sociedad. No creo que su aval sean los éxitos deportivos de España, creo que es su propia experiencia política, su adecuada formación y su larga trayectoria como responsable en múltiples áreas de servicio público. Es un político con ideas, capaz de hacer equipos, prudente ante los conflictos y decidido a la hora de tomar decisiones.
Hace unos años, en los tiempos de Manzano y el vaivén de candidatos municipales, alguien, con maldad, comparaba la situación de Madrid con la de Barcelona. Objetivamente, eso ha cambiado. Y notablemente. Muchos prejuicios se van de vacaciones con esta decisión de los socialistas. Los tres candidatos, Trinidad Jiménez y Tomás Gómez, y Jaime Lissavetzky en el Ayuntamiento ponen un listón bien alto en el debate electoral de Madrid.
Y obligan al PP a cortar las vacaciones de sus tácticos de salón. O a mandarlos a ellas. Quién sabe.
Rafael García Rico