Las camisetas con la bandera española, las gorras rojigualdas o las enseñas con los colores amarillo y rojo no son nuevos. Pero no tenían mucho éxito. Los fabricantes de estas camisetas o gorras tenían unas ventas sólidas, pero limitadas al turismo y a ciertos sectores ideológicos del país. Para la inmensa mayoría de los españoles eran enseñas “contaminadas”.
Desde que los deportistas españoles, los restauradores, los actores y actrices, y un montón de gente está dando la vuelta al globo del éxito, la idea de la marca España se ha disparado. Ya sé que es un tópico decirlo, pero me ha extrañado que ninguna empresa se haya dedicado a lanzar una marca con esos colores.
En EEUU hay muchas marcas basadas en la iconografía americana: American Polo se marca una bandera con estrellas y sin tapujos. Tommy Hilfiger usa el rojo, el blanco y el azul, es decir, los colores de la bandera yanqui.
En Estados Unidos, cualquier referencia a la enseña nacional es un valor positivo. Todas las familias tienen una bandera en el jardín de su casa. Forma parte de sus valores.
En España, la excepción era Fumarel, un fabricante de ropa que usaba los colores nacionales en un triángulo de líneas azules. Pero era la marca de los “niños pijos”. En general, asociar los colores a un logotipo no era una gran idea empresarial porque en los últimos años, la bandera española ha estado asociada a las ideas de la derecha o extrema derecha.
Pero ahora no tiene esa carga ideológica porque personas neutrales la han convertido en lo que debe ser: una enseña que representa a un país, y con la cual está de acuerdo la mayoría.
La prueba es que hasta bandera española bordada en las gorras de la policía nacional, ha sido copiada por fabricantes de gorras que las están vendiendo como churros. Las camisetas de la selección de fútbol se agotaron. Cualquier cosa que lleve la bandera española es “vendible”.
El primero que diseñe un logotipo empresarial (para camisetas o gorras) que recoja ese espíritu neutral y nacional se llevará el premio mayor.
Carlos Salas