Los anunciantes ya no saben qué hacer para recuperar la publicidad y la audiencia perdidas en RTVE. Ante las noticias sobre una posible decisión europea contra el nuevo modelo de financiación de la radiotelevisión estatal por el impuesto a las telecomunicaciones, la Asociación Española de Anunciantes sale al rescate con inusual rapidez. Los anunciantes ofrecen portarse bien, no saturar la televisión pública como en los años de la exuberancia y compensar los ingresos que se perderán si no hay impuesto a las telecos con 250 millones de publicidad. Y así evitar su repercusión en las finanzas públicas, o sea, en los ciudadanos.
La oferta de rescate llega el día de cierre del presupuesto de RTVE para 2011: 1.200 millones con 550 millones de euros del Estado. El resto está en el aire por la decisión de Bruselas y la caída de ingresos de las televisiones de pago.
Pero los anunciantes no soportan más el duopolio de Telecinco y Antena 3. Las mayores cadenas comerciales son las grandes beneficiadas y concentran más del 80% de la inversión publicitaria a través de sus canales generalistas, las fusiones (Telecinco con Cuatro) y los nuevos temáticos de TDT. Y son despóticas y codiciosas. Encarecen los anuncios, saturan de publicidad a los espectadores con bloques larguísimos y están consiguiendo una pérdida de eficacia publicitaria como no se recordaba. Se derrumban los GRPs, el impacto publicitario, ante el pánico de anunciantes y agencias.
Y a la espera de la constitución del futuro Consejo Estatal de Medios Audiovisuales, se ha reducido la vigilancia y los expedientes a las cadenas por incumplir los límites publicitarios.
Los anunciantes ruegan para recuperar la audiencia perdida. Su oferta dispararía la eficacia de la inversión publicitaria con una TVE líder con pocos anuncios. 250 millones distan mucho de los más de 500 que solía facturar la tele estatal, pero haría retumbar de nuevo los truenos en Uteca, la patronal de la televisión privada que consiguió de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega –matrona de la nueva RTVE– todo lo que quería y algo más.
¿Podría el gobierno dar marcha atrás? Francia, referente de los recortes publicitarios en la televisión pública, lo ha hecho y aplaza la retirada de la publicidad de 2011 a 2014 después de ingresar de televisiones y telecomunicaciones menos de lo esperado. Como puede ocurrir en España.
¿Qué pasará si Bruselas tumba el modelo de financiación? ¿De dónde sacará el Ejecutivo los fondos para mantenerla? Los anunciantes se ofrecen, listos para un rescate imposible. Y las voces para instalar un canon audiovisual vuelven a sonar en los oídos de los despachos del poder.
Juan Varela