El paro femenino en España es del 18,4%, más del doble del promedio de la UE, que se sitúa en el 8,8%. Y las que trabajan cobran de media un 30% menos que sus colegas varones. Para solucionarlo, el PP de Javier Arenas ha ideado una campaña que consiste en facilitar postales para que todas las que buscan trabajo y no lo encuentran escriban al presidente del Gobierno recordándole lo mal que lo pasan.
“Zapatero se columpia con las mujeres” es el lema y un ejemplo más de que cuando los conservadores se ponen modernos e intentan imitar el lenguaje de la calle, algo falla. La leyenda de la postal tampoco tiene desperdicio y sí un ripio facilón: “Yo no te abucheo. Sólo quiero un empleo”. Los imagino pensando qué rima bien con empleo. Alguno dijo ¡ya lo tengo! Y mezcló churras con merinas aprovechando que el 12 de octubre aún está fresco.
Con lo que nunca rimará el desempleo femenino es con desigualdad. Con recurrir la ley ante el Tribunal Constitucional, con disculpar una grosería a un responsable político que partiría la boca de un guantazo a quien dijera lo mismo a su mujer o a su hija o con mantener el puesto en una cadena pública a un escritor que cuenta que una vez dos japonesas de 13 años se lo trajinaron.
Los columpios que más ven las mujeres en paro son los que usan sus hijos pequeños para divertirse porque pasan más tiempo que antes en el parque mientras sueñan con una nómina. Solucionarlo no es fácil, ni para el Gobierno ni para el PP. Pero hasta que lo consiga uno de los dos, mejor no utilizarlas para campañas presuntamente ingeniosas que sólo buscan el lucimiento de los que nunca sabrán qué es una cola del INEM. Ya que no tienen trabajo, qué menos que dejarlas con la dignidad intacta.
Luz Sanchis