El último gran bastión analógico ha caído. The Beatles están en el mercado digital con su discografía en iTunes, la tienda de Apple con la que tanto han litigado. Faltan AC/DC o Bob Seger, pero ninguno con tanto significado como The Fab Four para Steve Jobs y para la música. ¿No llegan tarde los de Liverpool al mercado digital cuando el negocio de la copia decae?
La riña de la manzana está definitivamente olvidada. Let it Be. Fueron años de litigio y compromisos rotos cuando Apple lanzó iTunes hace una década y reinició el mercado de la música vendiendo canciones por internet. Los Beatles ya están en el reino digital. Lo están desde 1987 en CD –más tarde que la mayoría del mercado- y en videojuego –también más tarde que otros grandes grupos-, pero nunca su discografía completa había llegado a los consumidores en formato digital.
Paul McCartney siempre desconfió. Temía que cuando su música se vendiera en formato digital alguien la subiría inmediatamente a internet. Pero ya hace tiempo que está lista para descargas. La pesadilla de McCartney se cumplió hace tiempo. Ahora el negocio de la música empieza a dejar las descargas, aunque sean de pago y comerciales como en iTunes.
La música ya es móvil y ubicua. Suena en la conectividad permanente a internet. Desde cualquier dispositivo y en streaming, sin descargas. Hace tiempo que la copia pierde valor en el mercado digital. Ahora se devalúa la propiedad de la música. ¿Para qué comprar discos o canciones si se pueden escuchar cuándo y dónde se quiera en streaming? Música en la nube para ordenadores, móviles, videoconsolas o televisores conectados. ¿Para qué poseer o comprar la música cuando sólo se quiere escuchar?
The Beatles han sido los magnates del gran negocio de la venta de copias: álbumes y canciones. Money (That´s What I Want). Un mercado que contribuyeron a crear con la explosión pop. El lucrativo negocio de las discográficas contra el que se rebelan los consumidores, acostumbrados a compartir en el P2P como antes en casetes y CD grabados.
Más del 40% de la música vendida en Estados Unidos en 2009 era digital. El 30% en España en el primer semestre de este año. Más de un tercio de los internautas ven vídeos musicales en YouTube, donde hay colgados más de medio millón de The Beatles. Tomorrow Never Knows.
Ni los cuatro de Liverpool pueden frenar el futuro. Lanzar ahora su discografía en iTunes puede animar sus ventas y su fama. Pero ya puestos deberían hacer caso a la ley de las redes sociales: lo que no se comparte no existe ni se ama. Los viejos Rolling Stones tienen casi tres millones de amigos en Facebook. Lennon y compañía poco más de 200.000 en la página oficial del videojuego The Beatles: Rock Band.
Ahora que la manzana de Apple Records, la discográfica de los de Liverpool, está mordida por la de Apple, es hora de aceptar que la música es digital y sólo existe si se comparte. Porque la música es social por naturaleza y el pop está en el ADN de la identidad de los nativos digitales. Revolution 9, todos sabemos que es la hora, aunque sean un poco más viejos y lentos:
“Everyone of them knew that as time went by they’d
Get a little bit older and a little bit slower but…»
Juan Varela