lunes, noviembre 25, 2024
- Publicidad -

El modelo de AL no despegará

No te pierdas...

En éste, el otoño del no me toques los huevos, los conservadores han propuesto un nuevo modelo de seguridad en el aire para América.

«Lo que hacen los israelíes – y he volado con El Al a Israel como una docena de veces — lo que hacen ellos es como tendría que hacerse», dice el probable candidato presidencial Republicano Mike Huckabee.


«Viajo a Israel, y le voy a decir algo», dice el ojito derecho del movimiento fiscal, Allen West, congresista electo de Florida. «Tienen protocolos muy buenos, y no hay que pasar por todas estas prácticas tan draconianas».


El congresista John Mica, R-Fla., abriendo las salvas del cable, dice que el gobierno federal «evitó hacer lo correcto» al «no adoptar el modelo israelí». El Senador Jim DeMint, R-S.C., padrino del movimiento fiscal, elogiaba «el modelo israelí» durante una vista del Senado, y Sean Hannity proclamaba a los cuatro vientos en Fox News: «Tenemos un paradigma, un modelo de enorme éxito, y ése es Israel».


El modelo israelí de vigilancia aeroportuaria, sin ningún género de dudas, ha sido un éxito. Pero, ¿tienen idea de lo que están proponiendo estos tipos?


Replicar el modelo israelí en Estados Unidos alcanzaría con facilidad un coste de 40.000 millones de dólares al año — y probablemente varias veces esa cifra. Esto terminaría saliendo más caro que presuntos derroches de la administración intervencionista como el Programa de Ayuda a Activos sin Liquidez o el rescate de los fabricantes de automóviles, y arrasaría las promesas Republicanas de recortar el gasto.


Las promesas de campaña de recortar el presupuesto estaban destinadas a darse de bruces con la realidad de la administración pública eventualmente — ¿pero tan pronto?


En un proceso que lleva tiempo y trabajo, Israel utiliza el fichado, la comprobación de los antecedentes del viajero y largas entrevistas para filtrar a los pasajeros de riesgo, que luego son sometidos a registros de equipaje y registros personales más invasivos que nada de lo que ha hecho aparecer la Administración de Seguridad en el Transporte. El argumento de la seguridad aérea ha consistido en si los estadounidenses prefieren el fichado de estilo israelí al actual sistema de imágenes corporales y cacheo de las ingles. Pero esto pasa por alto un problema más fundamental: el sistema israelí, aunque se pudiera adaptar, sale demasiado caro.


El Al, las aerolíneas nacionales de Israel, presentaron un gasto en seguridad de 107.828.000 dólares en 2009 para los 1,9 millones de pasajeros que transportó. Tocan más o menos a 56,75 dólares por pasajero.


Estados Unidos, en contraste, gastó 5.330 millones de dólares en seguridad aérea en el ejercicio fiscal 2010, y el sistema de transporte aéreo movió 769,6 millones de pasajeros en 2009 (un año flojo) según la Oficina de Estadística del Transporte. Tocan a 6,93 dólares por pasajero.


La comparación no es perfecta, porque la seguridad es administrada sobre todo por la aerolínea en Israel y por el gobierno aquí. (En ambos países, el gobierno paga poco menos de dos tercios del gasto en seguridad). Pero esta comparación aproximada indica que Israel gasta más de ocho veces en seguridad por pasajero. Para replicar eso, Estados Unidos tendría que gastar 38.000 millones de dólares por ejercicio más.


Y eso subestima el precio de dotar al creciente sistema nacional de transporte aéreo con expertos en interrogatorios altamente cualificados; Israel, después de todo, sólo tiene un aeropuerto grande. En la revista Foreign Policy, Annie Lowrey calculaba a principios de este año que si cada pasajero que atravesara un aeropuerto estadounidense fuera sometido a un interrogatorio de 10 minutos por un guardia de seguridad, nos harían falta 3 millones de guardias a jornada completa, a un precio superior a los 150.000 millones de dólares por ejercicio.


Eso supondría mucho más que cancelar los planes del futuro presidente de la Cámara John Boehner de recortar 100.000 millones de dólares de los presupuestos de este ejercicio devolviendo el gasto a niveles del ejercicio fiscal 2008. También es bastante más que el coste del TARP, que el Tesoro dijo que terminaría saliendo por alrededor de 50.000 millones de dólares, y el rescate de la industria del automóvil, que se estima costará 17.000 millones de dólares, juntos. Eclipsa los 40.000 millones de dólares destinados a AIG y con el tiempo superaría los rescates de las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, que se proyectan en 360.000 millones de dólares en total. Los 16.000 millones de dólares que los Republicanos dicen van a ahorrar prohibiendo las partidas presupuestarias extraordinarias destinadas a proyectos de interés político de congresistas son un pequeño cambio en comparación.


Implantar el modelo israelí también equivaldría a un masivo programa de empleo público — justamente el tipo de huevos que los conservadores dicen no ir a tocar.


Por contra, si Boehner logra su plan de recortar el gasto a niveles de 2008, el gasto en seguridad aérea bajaría bruscamente a 6,20 dólares por pasajero — la novena parte de lo que gasta Israel. En última instancia no podemos gastar, o no gastaremos, suficiente para emular el modelo israelí, lo cual es el motivo de que desde el principio utilicemos el método más barato de las imágenes corporales y los cacheos.


En campaña, hablar de gobierno limitado sonaba virtuoso.


En la práctica, reducir el gasto público es mucho menos divertido.

Dana Milbank

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -