Entera como un junco pero emocionada como cualquier ser humano, Esperanza Aguirre anunciaba su retiro temporal de la actividad política para hacer frente a un cáncer de mama. Afortunadamente está cogido a tiempo y su curación es prácticamente segura. Así, la presidenta de la Comunidad de Madrid entra a formar parte de ese batallón de mujeres que en algún momento de su vida se han tenido que enfrentar a una situación que por mucha entereza que se tenga no deja de suponer un auténtico trauma. Para vencer esta enfermedad no hace falta más coraje que el demostrado por Esperanza Aguirre para defenderse en la vida política.
Su anuncio ha helado el aliento de quienes estaban en Génova y desde allí y como no podía ser de otra manera, las palabras de ánimo y afecto no se han hecho esperar. “No hay más candidata que ella” han afirmado unos y otros que bajo ningún concepto barajan ninguna otra hipótesis que no sea la actual presidenta de la Comunidad. Si se cumple lo previsto, que se cumplirá, en breves fechas y una vez operada, atrapará de nuevo la rutina que abandona temporalmente. Ni ella va a dejar la política ni la política le va a dar plantón.
El anuncio de Esperanza ha servido, por un lado para recordar el valor de la prevención y poner en valor nuestro sistema sanitario que tiene perfectamente protocolarizada la vigilancia de las mujeres. Además, el anuncio de Esperanza ha servido también para que, al menos por una jornada, se aparcaran las tensiones preelectorales y todos sacaran lo mejor de sí mismos para mostrar su solidaridad y afecto a quien es su adversaria política. No es la primera ni será la última personalidad pública a la que la vida le da un susto. María San Gil, Ana Palacio, Luz Casal, Iñaki Azkuna, Durán i Lleida nos recuerdan que ni los aplausos, ni los triunfos, ni el poder modifican su condición humana. También ellos, como todos los demás, son vulnerables. La vida no hace excepciones con ellos. No están libres ni del dolor ni de la enfermedad. En el anonimato muchas mujeres ayer mismo habrán recibido la misma noticia que la que comunicó la Presidenta de la Comunidad de Madrid y es seguro que el temple de Esperanza Aguirre les habrá reconfortado. Este lunes Esperanza Aguirre inició su tratamiento, el mejor tratamiento, asumiendo su circunstancia llamándola por su nombre; o sea, cáncer. Suerte, Presidenta.
Charo Zarzalejos