Las encuestas son recurrentes y contumaces. La última, referida a Andalucía, granero del PSOE, territorio amigo por excelencia, no puede ser más desoladora para los socialistas y, lo que es peor, viene a reafirmar la situación de caída libre en la que se encuentra el PSOE y su Presidente.
La razón oficial y única es la crisis. Una crisis no cogida a tiempo y gestionada, a tenor de la opinión pública, de manera inconexa y poco creíble. No cabe duda que con cuatro millones de parados y aunque algunas de las grandes cifras, efectivamente, vayan mejorando, es difícil, muy difícil que se genere una pizca de optimismo, una mínima dosis de esperanza.
Pero ¿es sólo la crisis la causa de los males socialistas? Sin duda la principal, pero es muy posible que no sea la única. La falta de una comunicación acertada, la oleada de medidas que provocan sensación de agobio en la mayoría de los ciudadanos como es la extrema ley antitabaco, las idas y venidas en medidas que un día se presentan como definitivas en cuanto a su calendario y al día siguiente cambian no se sabe bien en función de qué presiones o previsiones y la ya casi eterna polémica sobre la sucesión de Zapatero sin duda ayudan, en mayor o menor medida, a que hoy el PSOE sea la imagen misma de lo que se llama “caballo perdedor”.
Resulta sorprendente que ante la contumacia de las encuestas, el PSOE y sus responsables. lejos de modificar o limar algunas de sus actitudes, se reafirmen en ellas. Es por ello por lo que resulta casi patético que pretendan subir el ánimo de quienes van a sus mítines sacando a pasear a Rajoy para decir que es un vago.
Si Andalucía se suma a las derrotas que auguran las encuestas para el próximo 22 de Mayo, el PSOE que llega en 2012 será un PSOE obligado a reinventarse que es un capítulo mucho más complejo que el del mero cambio de líder. Ojala tuvieran razón los responsables del PP que creen que Zapatero es la causa de todos nuestros males. Si así fuera, bastaría con que él se fuera para que estos acabaran, pero no es así. Son males más profundos que todo eso. Lo mismo cabría decir a los barones nerviosos y ansiosos que ven en Zapatero la causa más inmediata de sus auguradas derrotas. El problema del PSOE no es sólo Zapatero. El problema del PSOE es que después de ocho años ha sido incapaz de establecer un cuerpo doctrinal reconocible para la izquierda y eficaz para el conjunto de los ciudadanos. Si los socialistas pierden lo único que no podrá decir es que nadie les había avisado.
Charo Zarzalejos