A Zapatero se le ha vuelto a encender la bombilla. La ideológica, claro. Pero no para esta pamplina del ahorro que, de pura improvisación, ni siquiera ha sabido explicársela a los ciudadanos. A mí lo que me preocupa es que esa bombilla ideológica, que nunca deja de lucir en la cabecita del Presidente, ha dado a luz una ley tremenda. La llama Ley de Igualdad de Trato y es su mayor alucinación. Espero que no consiga sacarla adelante porque, según el borrador, llega a castigar las intenciones. Los malos pensamientos. Y, además, administrativamente. Sin mediación de juez. Como en las dictaduras. Un delirium tremens, vaya.
Pinocchio