Vuelve a primera página de actualidad la dictadura del EGM. Mañana sale, como en la vieja copla de la Piquer, y en las grandes cadenas de radio rezan, hoy, desconsoladamente para que esos señores que representan al lobby de las grandes agencias de comunicación y de las grandes centrales de compras se apiaden de ellas. Inaudito. Los pájaros disparando a las escopetas.
Del Estudio General de Medios se pueden decir muchas cosas. Y todas malas. Pero su poderío es tan impresionante que el que se atreva a contarlo tendrá graves problemas que, curiosamente, parecerán accidentales. Ya le pasó a José Antonio Abellán. Y eso que el comunicador hizo una investigación modélica.
Pero, como decía, mañana sale el EGM. Y todo parece indicar que, esta vez, no habrá grandes sorpresas. La SER ya no es la SER pero, como supongo que será la que más siga pagando, se verá levemente afectada. Aunque bajarán más en Deportes porque ya no son ni la sombra de lo que fueron. Onda Cero se quedará como está. No le van a subir más audiencia al Herrera por muy buen programa que haga. Una vez se atrevió a criticar a esta tropa y se la siguen guardando. De la Otero no digo nada porque tiene patente de corso progre. La COPE, por su parte, lo tendrá chungo. Subirá en deportes, se mantendrá en la mañana -y que Buruaga se dé con un canto en los dientes si conserva su audiencia- y se hundirá, tristemente, por la tarde. Normal. De lo demás, nada. Punto Radio no cuenta y no se entiende que RNE continúe sufragando parte del lobby publicitario con dinero público. Sobre todo porque no emite publicidad.
Lo dicho. Mañana sale el EGM y, una oleada más desde hace muchos años, me sigo preguntando: ¿cómo es posible que, en el Siglo XXI, unos tipos que no saben nada de radio la manejen de una forma tan caprichosa y dictatorial y, encima, con métodos del siglo pasado?
Pinocchio