Ganó el Barça en el Bernabéu. Y el madridismo, una vez más, echándole la culpa al árbitro o al empedrado. Qué más da. Lo viene haciendo Mourinho toda la temporada. Para el entrenador portugués siempre hay una excusa. Esta vez, la expulsión de Pepe.
Y es que la afición del Real Madrid no quiere darse cuenta de que Mou es un tipo que sólo sabe hablar fuera del campo y convencer a sus jugadores para que jueguen al 110% aunque sea fuera de su ubicación natural. Como Pepe lleva jugando varios partidos. A un defensa central que juega siempre al límite, lo coloca de medio campo hacia delante, más perdido que ZP en una Cumbre Europea. Y, además, motivado para que lleve un cuchillo entre los dientes. Lo raro es que llegase hasta el tercer partido sin ser expulsado.
El entrenador portugués, como dijo hace un par de días Guardiola, es el puto amo de la sala de prensa. Sólo sirve para hablar, para provocar y para calentar el partido. Es el rey de las previas. Después, como ayer, sobre el campo se permite, increíblemente, perder medio tiempo jugando a defender ante su propia gente. ¡Jamás el Madrid salió en el Bernabéu a defender! ¡Jamás el Madrid fue resultadista! Y ya es la tercera vez que lo hace en diez días. Dos en casa.
Por eso Mourinho es el culpable de que el Real Madrid arrastre su prestigio por los campos. Incluso, en el propio Estadio Santiago Bernabéu. Pero no debe olvidarse que la responsabilidad final es de Florentino Pérez que, en sus ansias de títulos, puso en manos de un vendedor de humo al mejor equipo de Siglo XX.
Es cierto que Mourinho ganó la Copa del Rey. De casualidad le sonó también la flauta al asno. Pero un título como ese no es nada comparado con la humillación que le ha significado al Madrid que el Barcelona le haya bailado dos veces en esta temporada. Porque, si deshonroso fue el 5-0 de la liga, lo de ayer, en casa, fue vergonzoso.
Sin duda, Guardiola sí que está resultando ser el puto amo del campo.
Pinocchio