En estos días pasados nos han llegado tres noticias que han formado una especie de cóctel amargo y que han servido para incrementar el diferencial del bono español.
La primera noticia es la referida a un posible impago de la deuda griega. La segunda, un posible empeoramiento de la calificación de la deuda de Estados Unidos. Y la tercera, movimientos ciudadanos y de opinión pública en Finlandia y Alemania que se muestran contrarios a los rescates de países de la Unión y en concreto a los de Portugal, Grecia e Irlanda.
Inmediatamente se ha vuelto a producir una gran desazón y un incremento en el tipo de interés al que nos prestan. En definitiva, que hay mucho miedo por todas partes.
Ahora bien, analizando lo sucedido, lo que está claro es que el efecto ha sido la subida del tipo de interés, pero lo que no está claro es que las causas hayan sido solamente las noticias anteriores. Tiene que haber algo más. Sobre todo, si pensamos que tenemos un desempleo superior al 20% y sin trazas de mejorar hasta finales de 2012, como mínimo. Que el consumo privado y el público vienen cayendo desde hace tiempo. Y que tenemos una tasa de crecimiento ridícula y un endeudamiento elevado.
Si tenemos todo esto en cuenta, es fácil llegar a la conclusión de que nos va a resultar complicado atender la deuda a sus vencimientos.
La única forma de atajar el problema sería poder incrementar la actividad económica, pero esa solución no parece estar a nuestro alcance, hoy por hoy, precisamente por los problemas descritos que actúan a modo de círculo vicioso.
Los únicos sectores que pueden tirar de nuestra demanda, en alguna medida, son el sector exportador y el sector turístico. Ambos dieron muestras de mejoría en el ejercicio 2010 y los datos de comienzos de 2011 son incluso mejores.
Con todo, esos dos sectores en estos momentos, son insuficientes para sacarnos del atolladero. Son una ayuda, pero necesitaríamos algo más potente que no parece estar a nuestro alcance.
Al final, como los malos equipos de fútbol, nuestra suerte estará en las manos de otros. Vamos a depender, en gran medida, de que los motores económicos mundiales crezcan y hagan de locomotora de todos los que no tenemos economías potentes.
Por eso la salida de la crisis en España va a ser algo muy lento en el tiempo, va a ser como una historia interminable.
José Luis Martín Miralles