Es la primera vez que en la historia de la democracia, el socialismo vasco levanta la voz. Su estilo, en relación al PSOE, ha sido el del silencio, no plantear problemas, no hacer ruido. Así han sido siempre, en los triunfos y en las derrotas y así han sido con Felipe González, con Almunia, con todos y cada uno de los dirigentes nacionales. El socialismo vasco, cuna del socialismo español, siempre ha callado hasta que ha llegado el 22-M y Patxi López, con el apoyo de todo el partido, hizo saber a Rubalcaba, dos minutos antes de hacerlo público, la apuesta por el Congreso extraordinario.
Ha sido esta una decisión soberana y autónoma del PSE. No ha habido mano alguna que haya acunado la propuesta que Patxi López está dispuesto a mantener y defender en la reunión del Comité Federal convocado para este sábado.
Quienes hemos tenido la oportunidad de hablar con el lehendakari hace ya algunos meses, la decisión adoptada es absolutamente coherente con el diagnóstico que los dirigentes vascos tenían más o menos dibujado. Los resultados electorales tanto en el País Vasco como en el conjunto de España les ha ratificado con creces y por ello creen que no valen medias tintas, que no vale “el irse a medias” y que lo que hace falta es poco menos que reinventarse.
Patxi López ha dado un puñetazo en la mesa. Calló cuando Zapatero pactó con Urkullu debilitando objetivamente su posición y ha llevado con leal silencio la falta de atención “preferente” que sin duda un lehendakari socialista hubiera merecido. Callaron todos, como han hecho siempre, hasta que se han cansado de callar y ahora, proponiendo un Congreso, en lugar de primarias, se hacen fuertes ante una dirección federal y ante un secretario general —Zapatero— que van a tener difícil convencerles de lo contrario.
Este viernes, están convocados los secretarios generales de todos los territorios. Esa reunión será decisiva para intuir lo que pueda ocurrir, pero mientras se escriben estas líneas los ánimos están incendiados. La dirección federal trata por todos los medios de controlar la situación; es decir, primero, que haya primarias y, segundo, que a ser posible haya un único candidato. No hay que descartar nada. Es posible el pacto el viernes por la tarde-noche y nada inverosímil que el sábado ese eventual pacto se haga trizas.
De momento lo único contrastado es que Patxi López con su puñetazo ha abierto la caja de Pandora y que a estas horas se presenta como objetivo de difícil cumplimiento poner vallas al campo. En el PSOE se han roto los diques.
Charo Zarzalejos