Me pregunto qué pensaran los que han hecho lo imposible para que Bildu se presentara a las elecciones municipales. Sí, me pregunto qué se dirán a si mismos para convencerse que Bildu no tiene nada que ver con Batasuna y ni siquiera con ETA.
La gente de Bildu hizo una buena puesta en escena asegurando que ellos eran «nuevos» que se representaban a si mismos. Todo eso con la cobertura de Eusko Alkartasuna que siempre ha sentido cierta fascinación por el mundo abertzale. Pero como dice el refrán, aunque la mona se vista de seda, mona se queda, y en los últimos días ha quedado meridianamente claro qué es Bildu, a quién representa Bildu, qué pretende Bildu.
Y resulta que las manifestaciones de Bildu las encabezan gente que ha tenido relación con ETA, ex etarras incluidos. Y resulta que si no tienen mayoría suficiente para gobernar un pueblo se dedican a acogotar a las otras opciones políticas, sobre todo si hay algún popular o socialista. Y resulta que usan maneras intimidatorias con la prensa. Y resulta que su discurso de después de las elecciones es el mismo de siempre, es decir, el discurso abertzale típico y tópico.
Claro que el que Bildu era una reedición de Batasuna lo sabía todo el mundo, incluidos los que propiciaron que pudieran presentarse a las elecciones, de manera que no cabe mostrarse sorprendido. Si Bildu está en las instituciones es sencillamente porque ha habido quienes han creído que así daban una nueva oportunidad a la paz, como si no fuera evidente que la mejor oportunidad a la paz es la que se ha dado en los últimos años evitando que los amigos de ETA se aprovecharan de las instituciones.
Ha sido esa política de tolerancia cero la que debilitó a ETA y sus amigos y, sin embargo, ahora me temo que se están dando unos cuantos pasos atrás. Son desoladoras las imágenes de los últimos días con ex etarras al frente de las manifestaciones de Bildu, con los dirigentes de Batasuna sentados en la primera fila de sus reuniones, con los grupos de energúmenos gritando contra los concejales del PP y del PSOE, y con la simple lectura de las declaraciones de los jefes de Bildu.
¡Ojalá! tengan razón quienes aseguran que haber dado luz verde a Bildu es haber dado un paso hacia el fin de ETA, pero ¿y si se equivocan? Saben, lo peor es que si se han equivocado el error les saldrá gratis. Por lo pronto a cualquier ciudadano de bien le tiene que dar un vuelco el estómago al comprobar lo que se sabía, que los de Bildu son los de siempre.
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Julia Navarro