Muchas veces me planteo cuestiones acerca de la inteligencia y realmente es un misterio tan complejo que ni siquiera la ciencia ha podido desgranar. Mucho se conoce sobre la inteligencia pero parece que cuando abres una puerta para hallar respuestas, te encuentras a su paso otras 25 que en lugar de arrojar luz, crean incertidumbre y dudas.
Hace años se tenía el convencimiento de que una persona era inteligente o no lo era. Hoy se sabe que hay muchos tipos de inteligencia y un individuo puede ser inteligente en una especialidad y muy torpe en otra, es lo que yo llamo inteligencia sectorial.
Desde luego la inteligencia tiene sus características propias y rompe con todos los esquemas que nos rodean en nuestras vidas. Este detalle me recuerda mucho el comportamiento del agua. Mientras todos los elementos de la naturaleza disminuyen de tamaño con el frío, el agua aumenta su volumen. Un comportamiento ilógico y a contracorriente. La inteligencia colectiva y el agua son los rebeldes de nuestro entorno, pues actúan de una manera muy peculiar cuando queremos plasmar los resultados en un gráfico.
En nuestras vidas estamos acostumbrados a sumar, a restar e incluso a sacar las medias para establecer valores pero cuando hablamos de inteligencia nos podemos dar con un canto en los dientes porque las cuentas no salen. Por ejemplo, sólo tenemos que asistir a una de esas apasionantes reuniones de vecinos para comprobar lo que digo.
Si un día participas de una de esas reuniones patéticas de comunidades vecinales, podrás calcular cuantas personas jóvenes asisten, cuantos son bajitos o altos, cuantos son rubios y por supuesto, cuantos son inteligentes. Pero cuando intentas hacer un gráfico para sacar la media de cualquier aspecto, lo podrás hacer con total éxito excepto con el tema de la inteligencia. Ahí se rompen los esquemas.
Supongamos que la reunión está formada por 10 personas, de las cuales 8 tienen un IQ de 120 y los otros 2 tienen disfunción mental con un IQ de 80. Esto daría una media de 112. Pues este dato no es real, en la práctica tendremos una inteligencia colectiva de 80 porque, cuando se habla de inteligencia colectiva, la cifra más baja es la que domina el grupo convirtiendo a la peña medianamente inteligente en una panda de imbéciles. Es por ello que te habrás dado cuenta que las reuniones de vecinos siempre se opta por aprobar las decisiones mas inútiles y las más caras para la comunidad.
Recuerdo que en una de esas reuniones de comunidad, teníamos una vecina –María- que se encargaba de limpiar la escalera y cobraba 60 euros al mes –que aunque era poco- le ayudaba a sobrevivir. Nosotros, como buena comunidad de copropietarios, teníamos nuestro imbécil particular y ese día disparó contra María quejándose de que no levantaba las alfombrillas para limpiar debajo. El tema se fue calentando, María dijo que ya no limpiaba y el imbécil dijo que no pasaba nada, que llamarían a una agencia. La agencia nos pasó un presupuesto de 500 euros y los vecinos fuimos convocados a nueva reunión para pedir a María perdón. María nos perdonó, pero su marido, que no es imbécil, dijo que si queríamos que su mujer limpiara, el nuevo precio a partir de ahora eran 300 euros. Y claro, todos aceptamos si rechistar.
A la semana siguiente me encontré con un vecino que me dijo: menos mal que tenemos solucionado el problema de la limpieza, a lo que yo le respondí, sí, estamos como la semana pasada pero ahora nos cuesta 300 euros.
Las conclusiones ya las puedes sacar. Así actúan los imbéciles, son minoría pero la falta de inteligencia les proporciona una potencia extrema. Es como si tomarán la Viagra de la ineptitud siendo capaces de modificar la conducta de todo un grupo social.
Otra característica de estos sujetos es que son muy veloces, normalmente la inteligencia les persigue pero ellos son mas rápidos. Ellos con su disfunción mental son expertos en crear problemas donde no los hay para luego aportar la peor solución y dejarnos “jodidamente” peor de los que estábamos.
Si este estudio lo extrapolamos a un colectivo mayor, o incuso a una nación, entonces podemos entender como Zapatero está en la Moncloa, o como Rajoy ha convertido al PP en un acosador sistemático del español y, si aprietas un poco más la imaginación, entenderás como hay defensores del trilinguismo en la educación.
Por eso es tan importante salir corriendo cuando percibes un imbécil cerca. Ten en cuenta que éstos te involucran y siempre te ganan porque, cuando se trata de imbecilidades, ellos saben mas que tú. En Masby sabemos lo que cuesta mantenerlos a raya; constantemente tenemos que lidiar con políticos y con imbéciles adoctrinados para salir corriendo o tratar de esquivarlos.
¡Y es que la potencia de un imbécil es tan grande que llega a desestabilizar al grupo mas resistente! Por eso los políticos crían, miman y mantienen a los imbéciles con una sobredosis de Telebasura y buenas subvenciones. Una vez agilipollados, sólo es cuestión de esparcirlos por la sociedad y el resto de la historia, te la puedes imaginar.
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Juan Vicente Santacreu