Los partidos se arrojan los unos a los otros las miserias. Así, desde el PP se intenta poner contra las cuerdas al PSOE, y más concretamente al candidato socialista Pérez Rubalcaba a cuenta del caso Faisán, mientras que desde el PSOE meten el dedo en la llaga del caso de los trajes de Camps. Y, mientras, nuestro país al borde del abismo a cuenta de las turbulencias financieras y a los especuladores que ya tienen a España en su punto de mira.
Claro que el caso Faisán hay que esclarecerlo, y desde luego que es infumable que el presidente valenciano aceptara que le regalaran trajes y que debería de haberse apartado de la política hace tiempo, aunque sólo fuera por una cuestión estética.
Pero en este momento chirria el juego del «y tú más» al que nos tienen acostumbrado los partidos. No es de extrañar la indignación del movimiento 15M, de los «indignados», porque sus indignaciones, y la de todos los ciudadanos hartos de ver como los partidos políticos continúan bailando en la cubierta del Titanic como si no pasara nada cuando estamos a punto de irnos a pique.
Yo no sé si es que nuestros dirigentes políticos no pisan la calle y viven inmersos en la irrealidad porque de lo contrario dedicarían sus mejores energías a intentar sacar a nuestro país del atolladero de la crisis.
No sé, pero veo falta de miras en los unos y en los otros. E insisto, claro que hay que dilucidar responsabilidades en el caso Faisán y que no tienen un pase lo de los trajes de Camps, y que por tanto entra dentro de la lógica que unos y otros intenten sacar réditos de las miserias del otro, pero sin reducir la política y el debate nacional a la caza de faisanes o al coste de unos trajes.
Si los dirigentes políticos dejaran de reunirse con ellos mismos y con los suyos, si vivieran a ras de calle y tuvieran los mismos problemas, las mismas angustias, la misma desesperanza que el resto de los ciudadanos, seguramente se llevarían un buen susto al comprobar la crudeza de la realidad.
La sociedad espera soluciones, espera que los dirigentes políticos tengan alguna receta para afrontar la crisis, espera que sean capaces de elevarse sobre sus propias rivalidades y miserias para encontrar puntos de acuerdo que suponga trabajar juntos para que nuestro país no sea arrasado por el tusanmi financiero como lo han sido Grecia, Irlanda y Portugal.
Esto ya no da más de sí, y el presidente Zapatero por sentido de la responsabilidad, y si me apuran por patriotismo, por más que la palabra esté devaluada, debería de convocar elecciones para septiembre, y desde luego los partidos deberían de hacer campañas sin derrochar. Y, por otra parte, el PP debería de dejar de utilizar como arma arrojadiza los déficit y la falta de liquidez de las comunidades y ayuntamientos que ahora gobierna. No digo ocultarlo, digo que deberían de tratar el problema con rigor y seriedad y no para desgastar aún más a nuestro fragilísimo Gobierno.
Sinceramente, creo que a nuestros responsables políticos les falta pisar calle y dejar de reunirse exclusivamente con los suyos, sólo así comprenderían la gravedad de la realidad en la que estamos inmersos.
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Julia Navarro