domingo, noviembre 24, 2024
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Luchar contra ETA

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Luchar contra ETA tiene serios inconvenientes, sobre todo si eres de los que te expones al asesinato, al tuyo, al de tu familia. También tiene el inconveniente de la angustia, la incertidumbre de sentirte objetivo de la amenaza, blanco del próximo disparo. Si diriges la lucha contra ETA y lo haces con éxito corres el riesgo de que tu vida quede marcada por el odio y la venganza de los detenidos, de sus complices y secuaces. No es buen negocio, la verdad. Cotizaría a la baja en la bolsa, y , supongo, que la prima de riesgo de su seguro sería francamente elevada sin la ayuda de los especuladores ni de los mercados, que son, al parecer, anónimos en su existencia feliz y en su estrategia de hundir países, economías, familias, personas.

Luchar contra ETA y hacerlo con éxito te puede conducir a la Audiencia Nacional, y puedes tener que declarar no como testigo, agente implicado en las detenciones o como experto conocedor de los entresijos de la banda. Te puede llevar como colaborador con banda armada. Puedes tener que declarar después de contribuir a detener a más de quinientos terroristas y evitar quién sabe cuantos atentados, sobre tus vínculos con los asesinos.

Todos sabemos que los policías, los responsables de la lucha antiterrorista tienen vínculos con los asesinos. Se relacionan con ellos a través de las investigaciones y de las pesquisas. Se relacionan con esposas, y con sumarios que instruyen los jueces. También se relacionan con ellos cuando al detenerlos los miran a los ojos diciéndoles sin palabras: se acabó lo que se daba.

Luchar contra ETA debería merecer prestigio, reconocimiento social, elogio o, al menos, decoro a la hora de tratar a los que lo hacen. Pero a veces luchar contra ETA es un cometido que te puede acarrear perjuicios serios, morales, penales, incluso. Porque ya se sabe que en España para ser víctima basta con sentirse víctima, pero para luchar contra ETA hay que tener valor, entrega, dedicación. Las víctimas reciben su merecido reconocimiento, a su sufrimiento, a su dolor, a su perdida y su pena. Pero, a veces, alos policías que detienen a los asesinos de las víctimas los llevan ante el juez con el fin de instruir una causa política para bien de un interés que nada tiene que ver con la lucha contra ETA.

Luchar contra ETA es menos rentable que hacer negocios con empresas de seguridad que protegen a las víctimas posibles. Luchar contra ETA, bien y acertadamente, y con éxito, es, en este país, peligroso. Te pueden matar los criminales, te puede hacer la vida imposible la miseria de la complicidad y te puede arruinar la vida el interés partidista de los que se rasgan las vestiduras, las togas, las primeras páginas y las preguntas de los miércoles.

Luchar contra ETA, acertadamente y con éxito en España, te convierte, si te descuidas, en cómplice de banda armada, ETA por supuesto. Lo dice los que dicen que saben de estas cosas.

Estamos en España, ya se sabe. Luchar contra ETA…no sé, quizá mejor comprarte un traje y darte un garbeo.

Rafael García Rico

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