Como ustedes saben, las “Primas de Riesgo” son la diferencia entre el interés que pagan España y un país de referencia (en este caso Alemania) para colocar a diez años Bonos en el mercado.
Lo aclaro pues conozco a un amigo que cuando leyó un titular sobre las renombradas primas y su inminente peligro, se dedicó a llamar a todas las hijas de sus tíos carnales interesándose por su salud. En mi caso no es así: mis primas viven en Sabadell, Marbella y Madrid y tengo una fluida relación con ellas, lo cual me permite asegurar que son estupendas. No están en riesgo, ni son de riesgo alguno. Todo lo contrario.
También tengo información sobre un futbolista que está seguro de que se trata de las primas que le deben en su club y por eso ha ido a la huelga.
Sin embargo el asunto es muy perverso pues en situación similar está comprobado que cuando un españolito se entera de que su vecino alemanito paga menos por la misma hipoteca, le surgen brotes psicóticos con reacciones y conductas imprevisibles. Este sí es un grave riesgo que corremos todos.
Estas alarmas son consecuencia del lenguaje económico. Resulta que los financieros se inventan un concepto, los políticos lo repiten sin tener mucha idea de lo que hablan y los periodistas cumplen con su cometido al transcribirlo literalmente. Pero nadie analiza el asunto en profundidad.
Así, de la definición anteriormente enunciada se desprende: primero; que un economista aburrido es peligroso, ya que es capaz de inventarse conceptos, ratios o coeficientes que pueden volvernos locos. Segundo: si el invento es bueno, no se le debe permitir poner nombre al mismo. En eso los financieros siempre han sido muy malos. Tercero: Alemania también debe dinero. Ya se sabe que mal de muchos no es un consuelo, pero si algo indicativo, pues no se trata lo mismo a una enfermedad aislada que a una pandemia. Cuarto: ¿Qué es eso del mercado? ¿Quiénes son? Desde aquí reclamo nombres, apellidos, empresas, direcciones, páginas web y lo que haga falta. Esta gente es la que nos está fastidiando el verano y eso no tiene perdón.
Se habla de inversores, especuladores y todo tipo de entes misteriosos. No estoy de acuerdo con ese anonimato. Desde hoy hago mías las gloriosas palabras de un juglar de nuestro tiempo que atiende por David Civera el cual describió muy acertadamente, en una alegre tonadilla, lo que es un eficaz plan de choque. Más o menos reza así:
Que los detengan/ Son unos mentirosos y codiciosos/ No los podemos controlar.
Sabias palabras de Don David que nos ponen en la realidad de nuestros días. Un verano arruinado, nunca mejor dicho, por las primas de riesgo y demás zarandajas económicas.
Hasta la semana que viene.
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Paco Fochs