La singular relación de la Duquesa de Alba y Alfonso Díez ha llenado páginas y más páginas del papel couché, también horas y más horas en programas de televisión. La boda, este otoño, promete ser todo un acontecimiento social y mediático, los que no daban un euro por esta relación tendrán que callar bocas.
Durante los años de noviazgo de la aristócrata con el funcionario, a Alfonso se le ha tachado de interesado y se ha insistido en que los hijos de la Duquesa no aceptaban al novio de su madre. Otros veían con escepticismo que esa unión pudiese ser auténtica porque los veinticuatro años que se llevan marcan una diferencia de edad insalvable, él tiene sesenta y uno y ella ochenta y cinco.
En pleno siglo XXI seguimos anclados en estereotipos del pasado y se critica de forma salvaje que una mujer sea considerablemente mayor que su pareja, no ocurre lo mismo cuando vemos a un hombre enamorado de una jovencita que bien podría ser su nieta. Es evidente que aún nos queda mucho camino por andar y muchos prejuicios por eliminar, especialmente en el campo de la igualdad.
Una reflexión parecida la hacía Ana Escribano esta semana en el estreno de «Cayetana, su pasión» en Madrid, la actriz de treinta y siete años estuvo cuatro casada con Carlos Larrañaga de setenta y cuatro, más de tres décadas separan a la pareja que tiene una hija en común. Escribano se quejaba, con razón, de lo criticada que ha sido la Duquesa en su relación con Alfonso Diez: «El amor no tiene edad, Carlos y yo nos llevábamos treinta y seis años cuando nos casamos». Sobra decir que a Larrañaga nunca se le criticó su matrimonio con una mujer mucho más joven que él. ¿No vivimos en una sociedad que lucha por la igualdad?, a más de uno no le vendría mal resetear su mentalidad y añadirle ciertas dosis de naturalidad a los devenires de la vida, porque nunca se sabe.
Me vienen a la memoria mujeres que al igual que la duquesa se han despojado de prejuicios establecidos, como el caso de Ana Obregón que vivió en su propia piel las críticas que le llovieron por su romance con Darek, un tipo cañón que nació dos décadas después que ella. Demi Moore tuvo más suerte con Ashton Kutcher quince años más joven que la actriz, cuando saltó a la luz su relación con el actor estadounidense, Demi no fue objeto de tantas críticas, será porque ella es una estrella del celuloide de Hollywood.
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Mabel Redondo