La crisis de los diarios no amaina. Tanto las grandes cabeceras nacionales como las locales viven una crisis de la que no se vislumbra el fin. La publicidad huye de la prensa y la difusión cae, con los lectores cada vez más volcados en los soportes y dispositivos digitales. Una crisis estructural que no respeta a diarios de pago ni a gratuitos, agravada por la insostenibilidad de un modelo televisivo que vuelve a la concentración tras la burbuja de la abundancia de la TDT. Sólo la prensa digital crece en audiencia y publicidad, pero muy por debajo de las urgencias de las cabeceras.
Para empeorar la crisis, la guerra del fútbol pasa factura a Mediapro (accionista de Público) y a Prisa, contendientes que necesitan a otros para rentabilizar los caros derechos de los clubes.
Los diarios perdieron un 11,7% de la publicidad en el primer semestre del año después de acabar 2010 con un 40% menos desde el inicio de la crisis. La difusión continúa bajando con una caída del 6% para los diarios generalistas y más de un cinco para los deportivos y económicos. Un descenso superior a las pérdidas de ejemplares del año pasado.
En El País se esperan más recortes y se anuncia nueva estrategia digital. El Mundo busca soluciones a los malos resultados y a la caída de las promociones. Público despedirá al 20% de su plantilla. Vocento acelera su reestructuración con la nueva dirección y la mayoría de la prensa regional y local sufre recortes en la publicidad autonómica y municipal.
La televisión ha costado mucho dinero a los diarios y pocos están en condiciones de rentabilizar su expansión audiovisual. A las pérdidas de la vieja televisión local se unen las de la TDT. El Mundo ha tenido que frenar Veo TV. Vocento no consigue que La 10 despegue y sólo salva su múltiple con Disney e Intereconomía. Prisa TV, abandonada la televisión en abierto, trata de consolidar su negocio de satélite y comercializando sus canales a través de las plataformas de cable y televisión por internet.
A cada previsión, los analistas auguran menos publicidad y caídas de la difusión que no compensarán las ediciones digitales de pago como Kiosko y Más –alianza de la mayoría de los grandes grupos- ni Orbyt, la plataforma de pago de Unidad Editorial. Las ventas digitales son modestas comparadas con los primeros 280.000 suscriptores digitales de The New York Times, los 230.000 de Financial Times, los 134.000 de Axel Springer en sus diarios alemanes o los más de 125.000 conseguidos por Schibsted –propietario de 20 Minutos- en Escandinavia.
El esfuerzo del periodismo en los contenidos, los formatos, las plataformas sigue sin encontrar un nuevo negocio capaz de sostener a los grandes medios. La publicidad no basta. La resistencia al pago es enorme a pesar de las aplicaciones para móviles y tabletas y los medios no han avanzado suficientemente en el desarrollo de nuevos negocios que aprovechen al máximo los contenidos, la movilidad, la geolocalización y los diferentes soportes. La vieja receta de publicidad y venta de ejemplares no basta. Sin nuevos servicios, una estrategia multiproducto para diferentes públicos y clientes, el negocio de la prensa se agota.
La publicidad en prensa sigue siendo cara y expulsa a nuevos clientes. Muchos diarios han perdido fortaleza en sus equipos comerciales y en su oferta cuando los anunciantes ya no quieren vendedores de publicidad, sino que esperan a alguien que les ofrezca una estrategia comercial multimedia, personalizada y adecuada a su mercado y su público.
Sin una oferta multiproducto, multimedia y que busque las oportunidades de las nuevas plataformas, la prensa tiene un negro futuro mientras observa cómo se caen los anuncios de sus páginas. Tanto que muchos empiezan a desconfiar de su utilidad como soporte. Una desconfianza en el producto y su futuro de la que no están libres algunos gestores.
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Juan Varela