La noticia no puede ser más escueta ni más reveladora: Zapatero no participará en la campaña electoral. Visto el precedente de Felipe González -que dejó la Presidencia del Gobierno en 1996 ¡hace 15 años!- pero ha participado en todas las campañas celebradas desde entonces: en la de Almunia primero y en las dos del propio Rodríguez Zapatero, después, no queda más remedio que pensar que el candidato Rubalcaba le habrá pedido a ZP que se mantenga al margen. Que ya que no suma, cuando menos, que no reste.
Tan drástica decisión, sin duda, nace una reflexión a partir del análisis de las últimas encuestas que otorgan una ventaja al Partido Popular de alrededor de 14 puntos, diferencia que podría traducirse en una mayoría parlamentaria absoluta. Incluso aplastante. En relación con los malos pronósticos que anuncian los sondeos al Partido Socialista, algunos sociólogos subrayan que el rechazo de los votantes no es tanto al candidato como a la marca «PSOE». Es la primera vez que algo así acontece en relación con este partido, aunque no es un fenómeno nuevo en la política nacional. Lo sufrió el PP en los últimos meses de la segunda legislatura de José María Aznar a raíz de su polémica decisión de acompañar a los EEUU en la insensata guerra de Irak. Fue el entonces candidato Mariano Rajoy quien pagó las consecuencias pues, hasta unos meses antes iba por delante de Zapatero en las encuestas de intención de voto. Más tarde aconteció el terrible atentado de los trenes de Atocha con las consecuencias de todos conocidas.
Volviendo a la noticia que nos ocupa: la ausencia de Zapatero en los mítines de la campaña electoral, cabe añadir que quien tanto cuidó su imagen y tanto procuró un entorno mediático dedicado a alimentar el culto a su personalidad -no pocas veces entretenido encomiando nimiedades políticas, como la leyenda del «republicanismo democrático» o la ocurrencia de la «alianza de civilizaciones»- se quedan sin ditirambos que llevarse a la pluma o la boca.
A Zapatero, el candidato Rubalcaba no lo quiere en los mítines porque en lugar de sumar, le resta votos. «Sic transit…». La política es así: hoy estás arriba, mañana todos te dan la espalda. Que tomen nota tantos y tantos que pierden hasta su sombra por salir en los telediarios.
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Fermín Bocos