Los periodistas de Madrid, especialmente los dedicados a la información regional, saben muy bien que una de las virtudes que no tiene el líder del PSM, Tomás Gómez, es su relación con los medios de comunicación. Si eso es así, estando en la oposición, sin visos de salir de ella, y habiendo perdido estrepitosamente las últimas elecciones autonómicas, podemos imaginar lo que sucedería si fuera presidente.
En un largo, que será larguísimo, camino hacia la Puerta del Sol, Tomás Gómez no atina a rodearse de profesionales que le puedan ayudar en ese empeño. Su último fichaje en el departamento de prensa, Mercedes Pastor –exdirectora de comunicación de la Junta de Castilla-La Mancha- está en esa línea de despistes. Uno más, por otra parte.
No es que ella haya sido la responsable de la derrota de José María Barreda, no. No es eso.
Lo que probablemente no sabe Tomás Gómez, como otras muchas cosas, es la mala, malísima gestión que Pastor llevaba a cabo con periodistas y medios de comunicación castellano-manchegos. Su relación con ellos estaba basada en el miedo y el temor a perder la publicidad de la Junta, la sequedad, la distancia y su propia inseguridad. Pocas veces sabía capear el temporal y, otras muchas, era ella misma quien provocaba la tormenta.
Pues esta alhaja, como dicen en Toledo, es la que se ha traído Tomás Gómez al PSM. Evidentemente el socialista no quiere ganar las próximas elecciones y es obvio que no sabe lo que hace.
Allá él.
Quebrantahuesos