En conversación personal que he mantenido con Vicente del Bosque, me ha confirmado que a través de Emilio Butragueño ya ha comunicado al Real Madrid que no acudirá a la entrega de la insignia de honor que tenía previsto el equipo blanco entregarle junto a otros notables madridistas como Rafa Nadal y Plácido Domingo, el próximo 3 de noviembre. Fecha que de momento queda en el aire tras los últimos acontecimientos.
Mucho tendrían que cambiar las cosas para que Del Bosque cambie de idea. Aún está dolido, muy dolido por las formas que emplearon en su despedida como entrenador del Madrid, sobre todo por la humillación y el desprecio que sufrió por parte de Florentino Pérez, y de Jorge Valdano, entonces también director general del club blanco.
Vicente Del Bosque -del que me jacto ser amigo suyo-,no estará en ese acto de reconocimiento. Y no estará por muchas razones, pero sobre todo por no hacerse la foto con Florentino que tanto daño le hizo a él y a su familia.
Además no me parece justo que metan a Del Bosque en el mismo cesto que a Rafa Nadal y Plácido Domingo, reconocidos madridistas que recibirán la insignia de honor como grandes embajadores de la causa blanca. Vicente Del Bosque es otra cosa y merece un trato bien distinto. No se pueden comparar las aportaciones que ha hecho Vicente a las de Nadal y Plácido Domingo. Es comparar el día con la noche, nada tienen que ver.
Del Bosque además de ser un destacado jugador, ha contribuido a la grandeza madridista desde su labor con la cantera, cuando fue su director; y sobre todo como entrenador que sacó al Madrid de un profundo pozo para auparle hasta lo más alto: con dos Ligas, dos Champions, dos Intercontinentales, una Supercopa de Europa, y otros títulos domésticos. Sin contar que el juego de los blancos era una referencia en Europa y en el mundo. El Real Madrid con y sin los galácticos;y con Vicente Del Bosque al frente, marcó una tendencia en todo el mundo.
Así fue hasta que Florentino Pérez, por recomendación expresa de Valdano (entonces director general deportivo) -esto lo quiero dejar muy claro- decidió en una tarde aciaga de mayo del 2004 prescindir de sus servicios. La justificación fue de lo más miserable que uno recuerda: su libreto como entrenador estaba caduco y trasnochado. Así lo justificó el portavoz de la junta directiva de entonces, cuyo nombre he olvidado y que después confirmó Florentino Pérez en la rueda de prensa del día siguiente
Florentino Pérez como presidente que era entonces, fue el máximo responsble de no renovar a Vicente Del Bosque que curiosamente acababa de ganar la Liga, pero el instigador de todo fue Jorge Valdano. Fue el que le echó justo al día siguiente de acabar el último partido de Liga y en un pasillo del Bernabéu. No Florentino. Lo digo porque ahora, años después, Valdano es para algunos el guardián de las esencias y los valores del Madrid ultrajados por Mourinho. Entonces el que bajaba a increpar a los árbitros (Sevilla) y echaba entrenadores en los pasillos era Valdano, pero entonces, curiosamente nadie hablaba del señorío. Ahora con Mourinho, la veda está abierta
Vicente del Bosque tiene todavía una herida en lo más profundo de su alma por el desprecio al que le sometió la Junta Directiva de entonces con Florentino Pérez a la cabeza y Valdano como promotor.
Aquello fue muy doloroso para Vicente que tuvo que soportar el llanto de su mujer y sus hijos ante un desprecio injusto e incalificable. Fue un adiós a 34 años de servicio en medio de un pasillo frío y desangelado. Eso, difícilmente se olvida; por eso no es de extrañar que la primera reacción del seleccionador al homenaje del Real Madrid auspiciado por la reciente Junta Directiva del equipo blanco fuese de rechazo. Rechazo que aún perdura. Ahora mismo su idea es la de no acudir a esa cita madridista a la que califica de oportuna y mediática.
El homenaje, insisto, llega muy tarde y no es el más adecuado. No podemos meter en el mismo saco a Vicente que a Nadal y Placido Domingo. Del Bosque ha hecho más por el Real Madrid que los otros nominados.
Lo ideal sería que el seleccionador junto a sus ayudantes, Toni Grande, Paco Jiménez y Javier Miñano, sus ayudantes, y como él madridistas hasta la médula, recibisen el homenaje como campeones del Mundo y no en un recinto cerrado, sino en el mismísimo Santiago Bernabéu.
Esa sería la mejor forma de que Florentino Pérez pidiese perdón a la afrenta que le hizo a Del Bosque y sus ayudantes en aquel fatídico mes de mayo. Es lo menos que puede hacer el actual présidente por el entonces vejado de forma injusta Vicente Del Bosque. Eso podría ser una solución; pero hay un problema, el seleccionador no quiere hacerse la foto con Florentino, el hombre que a la postre le apartó de su Real Madrid (y que no me vengan ahora con campañas de que pedía el oro y el moro porque no es cierto). Lo echaron porque sí, sin argumentos de peso y porque no tenía el glamour que por entonces se pedía, ¿verdad Valdano?.
Vicente, que es un hombre comedido y muy justo, sabe que todo el madridismo está deseando tributarle el homenaje que unos cuantos indocumentados le hurtaron. Sabe que el Real Madrid está por encima de las personas. Se marchó Santiago Bernabeu, Luis de Carlos, Ramón Mendoza, Lorenzo Sanz, y Florentino; y el Real Madrid continúa siendo de lo más grande. El Madrid le formó como persona y como jugador y eso, me consta, Vicente no lo ha olvidadado ni lo olvidará. Si siente no estar en la entrega de insignias es por la afición, aunque tampoco esa misma afición se rebeló cuando lo echaron de tan malas maneras (en el fondo aquí todo el mundo va a lo suyo), pero lo siente especialmente por el madridismo. Con Florentino Pérez, Vicente Del Bosque no quire aparecer ni en pintura. Vicente nos ha confimado pesonalmente que ya ha comunicado a Emulio Butragueño que no estará en la entrega de las insignias de honor del Real Madrid.
Alfonso Celemín