En cierta forma ha sorprendido el anuncio del PP de incluir la cadena perpetua en el código penal, en caso de ganar en las elecciones del 20 de Noviembre. El PP ya lo intentó durante esta última legislatura, cuando se modificó, pero no lo consiguió. Se trata de una iniciativa que ha sido bien recibida en un amplio espectro de los votantes a izquierda y derecha. Entre la gente de la calle, de los de a pié, tiene más partidarios de lo que suponen los políticos. Tenemos la sensación que este tipo de propuestas siempre resulta más simpática a las personas que tienen una concepción del estado más conservadora, pero no es así. Aunque no se puede considerar como una encuesta científica ni mucho menos, las personas con las que habitualmente me relaciono y a las que he interrogado sobre este particular, se han mostrado favorables a la puesta en práctica de esta condena, aunque casi todos prefieren revisiones regulares con la intención de evitar que los errores y las injusticias se alarguen toda una vida.
Los señores diputados pensarán como quieran y tendrás sus preferencias, pero están alejadas de los ciudadanos más de lo que ellos consideran. Y estos ciudadanos que ven, escuchan, reflexionan y critican, están hartos de contemplar grandes condenas por crímenes atroces que se solucionan demasiado pronto. Nadie tiene en cuenta a las víctimas, auténticos damnificados de la delincuencia y el terrorismo.
Estos días, los medios de comunicación publican las posibles condenas de una banda de delincuentes peligrosos que no han tenido ninguna compasión con sus víctimas a las que han golpeado y maltratado. Se los juzga y son condenados a cuatrocientos años de cárcel. Pero no es así. Es la suma de todas las condenas, pero sólo cumplirán una de ellas, el resto, los cuatrocientos años, son el titular de los periódicos, la portada de los medios de comunicación, pero falso. Cuando haya cumplido una parte ya podrán optar a determinados tipos de libertad condicional, previos a la puesta en libertad y, en algunos casos, con la intranquilidad de sus víctimas que tienen que vivir con el temor de aquella amenaza que le hicieron en su día de volver a buscarla.
No hace mucho tiempo hemos asistido impotentes cómo un asesino como de Juana Chaos salía de prisión después de cumplir condena por uno de sus más de veinte crímenes. Y esto no es el único caso que sirve de escándalo a la opinión pública. La lista es tan larga que podría llenarse un tomo. Siempre decimos que los políticos están lejos de los ciudadanos, que sus preocupaciones se alejan de aquellos que madrugan y trabajan o están en el paro, de los que estudian…..pues también las injusticias procedentes de los juzgados son una incomodidad y muchas veces motivo de rabia.
La cadena perpetua revisable, será bien acogida.
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Pedro Fernández