domingo, noviembre 24, 2024
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Libertad y Nación

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Hace ya algunos años, un 30 de abril nací y al contrario de lo que diría el genial Miguel Gila, no nací solo, ese día se encontraba mi madre en casa.

Nací principalmente gracias a la simultaneidad de dos hechos. Una, porque mi madre afortunadamente no me asesinó como tantas madres lo hacen en España. No sé si se le pasó por la cabeza abortar, pero en todo caso no lo hizo y aquí estoy metiendo caña. La otra circunstancia por la que nací es porque en mi ADN no llevo genes de okupa y perroflauta. Así que, como no me va el rollo de vivir del cuento a expensas de nadie,  decidí salir al mundo exterior para buscarme la vida.

Por el hecho de nacer, me encontré con un feliz regalo, una herencia que recibimos todos los humanos al venir a este mundo: La libertad y una nacionalidad. Un regalo que no todos saben defender ni conservar.

La libertad es un don innato que los dioses nos entregan en el mismo “pack” junto con la vida. Esto de la libertad debe ser algo muy molesto ya que desde el mismo momento de nuestro nacimiento todos se empeñan en arrebatárnosla. Empezando por nuestros padres que, ya en la cuna, nos marcan cuándo y dónde podemos llorar, pasando por el colegio que nos dicen dónde se puede jugar y por fin, ya de adultos, los políticos nos dictan dónde poder fumar, qué alimentos debemos tomar, etc. Y sobre todo, qué debemos pensar.

Por fin, cuando ya tenemos capacidad para poder defender lo que los Dioses nos regalaron, la cagamos votando para elegir un amo que, aunque no sepa gobernar, nos “puteé” un poquito nada más. ¡Vamos, lo normal! Y es que cuando toda la vida te han negado la libertad, disfrutar de ella, puede asustar.

La Nacionalidad es el otro regalo que recibimos cuando nacemos y esto, en cualquier país del mundo mundial, te da derecho a enorgullecerte de tu país. Es más, te obligan a “partirte el culo” por tu patria si alguien te la quiere arrebatar.

Pero en España no. En este país naces pero en la práctica eres un apátrida, un verdadero indigente sin patria y sin nación, sin derecho a lucir tu bandera, por el qué dirán,  y si por un estado de embriaguez mental, se te ocurre gritar “¡viva España!”, te llaman facha radical.

Bueno, todo esto es soportable, pero si tienes la desgracia de nacer en una autonomía con lengua tribal, ahí estas “jodido”; eres como una puta y además, sin papeles. Todos te intentarán “follar”, ya sea por delante o por detrás. Hasta el Partido Popular te negará los papeles de español y te coaccionará para que utilices la lengua tribal. Ni si quiera tendrás derecho a utilizar el español para estudiar y menos para trabajar en la administración.

No te olvides de contar a tus hijos cuando sean mayores, la verdad de nuestra nación, que prometo yo haré lo mismo con los hijos de Rajoy. Nosotros recibimos una España grande y unida porque hace 500 años una mujer -con todo lo que hay que tener- llamada Isabel, que para más datos era católica, lo dio todo por unir la España que ha llegado hasta hoy. Durante el camino se han derramado miles de vidas gratuitas, pues no han servido de nada ya que le han dado voz y mando a la ETA  pasando por encima de los cuerpos de Gregorio Ordóñez, Miguel Ángel Blanco y tantos otros más. Ciudadanos que lucharon, no solo por una nación, defendieron la libertad de ser español. Rajoy, aunque mires para otro lado, te vamos a girar la cabeza a la “derecha”.

Por cierto Rajoy, ¿vas a ir a la próxima manifestación para apoyar a las víctimas de esos terroristas o estarás ocupado contando las nubes pasar?

Por eso en Masby defendemos el Estado del derecho. Dos privilegios que nos entregaron en el momento de nacer. Dos derechos que en España es complicado defender.

Si naces en España y quieres ser español, tienes que pedir permiso y pedir perdón.

¡Señores! España no es un Estado del derecho, España es un Estado del revés.

Así lo pienso y así lo cuento.

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Juan Vicente Santacreu

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