Decididamente no es el año de Francisco Granados. No solamente sufrió el repudio de su exjefa, Esperanza Aguirre, también va notando como sus compañeros miran hacia otro lado o se apartan cuando van a cruzarse con él. Y eso que todavía es secretario general del PP de Madrid. Pues ni por esas.
Según le cuentan a Quebrantahuesos, la penúltima batalla, que también ha perdido, ha sido intentar colarse en la lista del PP al Congreso por Madrid. Ni tan siquiera le han dejado en un puesto simbólico. Nada. Rajoy no ha tragado.
En el próximo congreso del PP madrileño perderá la secretaria general, pero continuará como Senador autonómico. Y gracias. A medida que crece el aislamiento de Granados más sentido adquieren las palabras que Esperanza Aguirre le dijo cuando le comunicó que lo echaba de la Puerta del Sol: “Paco, no cuento contigo para el nuevo Gobierno. Puede que ahora no lo entiendas, pero créeme si te digo que es lo mejor para ti”.
Y si Aguirre lo repudió, Rajoy no ha estado dispuesto a dejar que contaminara su lista. Como ya publicó Pilar Velasco en Estrella Digital, y según le contó un exconcejal socialista, «por él ha pasado todo tipo de información del partido. Por ejemplo, en el caso de espionaje en Torrelodones, recién abierto, los dos ex concejales del PP siempre han hablado de reuniones en Génova donde Granados recibió a constructores que confesaron pagos irregulares y sobre lo que no hizo nada».
Continuaba Pilar en su artículo diciendo que “esto, que parece un detalle de tantos, sigue el rastro de otros capítulos. Como el mini cooper de su esposa que apareció calcinado en el aparcamiento de su casa y resultó estar matriculado a nombre de una constructora. O las publicaciones que apuntaban a un incremento injustificado de su patrimonio, en el que un chalé de dos plantas en Valdemoro delataron a un consejero que pasaba ya del adosado. O el chalé en Marbella vendido a un constructor de Valdemoro. Y así hasta los espías…”
No está bien visto Granados, no. Cada vez menos. El exconsejero declaró en 2010 un patrimonio de tres casas en Madrid, una en Málaga, cuatro plazas de garaje y el 50% de un terreno. Tiene 4.000 euros en cuentas corrientes, 450.000 en depósitos a plazo, otros 50.000 en fondos de pensiones, 2.000 acciones de Bankia y dos coches. También declara un crédito hipotecario de 330.000 euros, los 111.999 euros por su cargo en el Gobierno y 14.902 en intereses de depósitos. Pagó 34.688 euros en IRPF.
Algunas lenguas viperinas del PP dicen de Granados que “está muerto y no lo sabe”. Algún día se acabará enterando.
Quebrantahuesos