¿Alguien entendería que en el Reino Unido la BBC no organizara el debate electoral entre los candidatos de los principales partidos políticos?
No. De ninguna manera.
Pues en España, sí. Lamentablemente.
Lo de estos días, cuya culminación ha tenido lugar en la noche de este lunes, es una auténtica vergüenza en la que, por acción u omisión, ha habido muchos cómplices. Para empezar, el propio PSOE, que debería haberse mantenido firme en la defensa de realizar el debate en la televisión pública. Para continuar la Asociación de Televisión de España y para terminar la propia Televisión Española por dejación.
Lo de la ATV –para variar- ha sido de una caradura sin parangón. Lo de menos para esta organización ha sido el debate. Lo realmente importante –y visible- ha sido el protagonismo de Manuel Campo Vidal, y algunos de sus socios, tanto durante estos días como, especialmente en el momento de la llegada de los candidatos, daba risa ver como se colocaban para la foto. Hasta Concha García Campoy daba pena. Pero no tanta como el babeo de dos “jurásicos” que ya no tienen nada que aportar a la realización televisiva: Fernando Navarrete y Tacho de la Calle y cuyo mérito es pelotear al jefe y arrimarse al poder.
Quien realmente ha ganado, otra vez, en este debate ha sido Campo Vidal y no la ATV, un asociación cuasi fantasma de la que apenas se le conocen actividades o iniciativas de defensa de sus asociados y que de lo único que se preocupa es de figurar. Las malas lenguas dicen que se ha convertido en un “loby” al servicio de su presidente.
Y ya no hablamos del comentado coste del debate porque ya está muy escrito. Pero debemos exigir que hoy mismo haya desglose de cuentas por gastos e ingresos. ¡Es que han cobrado hasta a las páginas de internet! Cabe una reflexión, ¿para qué sirve la ATV, o para qué le sirve la ATV a Campo Vidal? Debería explicarlo.
En todo este despropósito lo de TVE ha sido de nota. Pudiendo y debiendo haber realizado la señal del debate, los directivos de la Corporación se han entregado también al capricho de Manuel Campo Vidal. Han perdido la oportunidad de defender el verdadero sentido de una televisión pública.
Pero lo que daba pena era ver y escuchar a Pepa Bueno glosar y loar sobre el despliegue técnico y humano que deberían haber hecho sus compañeros de TVE, e incluso, haber moderado ella.
Volvemos al principio.
¿Alguien entendería que en el Reino Unido la BBC no organizara el debate electoral entre los candidatos de los principales partidos políticos?
La respuesta es, simplemente, no.
Quebrantahuesos