Málaga, Melilla: Rajoy se multiplica tras el debate. Sonriente y satisfecho, el líder del PP aprovecha la ventaja que los medios le asignan en el debate que siguieron doce millones de españoles. En su conciencia, la satisfacción de haber enterrado su pasado de derrotas en las confrontaciones con zapatero. Puede que fuera ese estímulo de resarcimiento, y no la ingeniosa ocurrencia de un asesor, lo que le animara a confundir de forma visiblemente intencionada los apellidos de su oponente en la mesa organizada por Campo Vidal.
Rubalcaba se dirigió a los votantes indecisos que antes habían empuñado la rosa del PSOE y que ahora parecen no tener muy claro su voto. Su estilo contundente y severo del parlamento en las mañanas de los miércoles dejó paso libre a la búsqueda de sus propios votantes con un tono sereno y un discurso directo sobre servicios públicos y recortes en los derechos sociales. Por eso salió en el mitin toledano, arropado por más de dos mil fieles, a defender sus argumentos del día anterior. Bono y Barrera caldearon los ánimos con declaraciones y una firme alocución en defensa del líder. Rubalcaba sentenció: explicará su programa y explicará el del PP, ante los silencios ambiguos de su oponente.
La resaca del debate deja a la vista una larga travesía de mítines y encuentros con simpatizantes y visitas de clásico corte electoral. Queda mucho. Puede que en ese contexto de reafirmación de los candidatos, la voz de Izquierda Unida se pierda entre el ruido de las caravanas mayoritarias. Cayo Lara insiste en llamar a la rebelión, intentando hacer suyo el empujón de los indignados. Lo hace con dificultad pues la susceptibilidad de quienes los movilizan es evidente y el rechazo al oportunismo puede ser la cara B de esa estrategia.
El caso es que quien hasta ahora ha sido la voz inconfundible de Izquierda Unida se queda limitado al recorrido activo por la geografía asturiana, la circunscripción por donde se presenta el doctor Llamazares. Hoy asistirá al debate a cinco, parece ser. En IU aflora una bicefalia novedosa. La de la voz reconocible junto a la de la cabeza que lidera. Un caso extraño sobre el que no se reflexiona pues, ya se sabe, los minoritarios se ahogan entre el estruendo de las fuerzas con mayor peso.
Rubalcaba defendió reformas en la legislación electoral y una mayor capacidad del votante para identificar a sus candidatos en las rígidas listas electorales. Una de las demandas de IU y otra de las que proponen los movilizados el 15M. El fenómeno bipartidista como telón de fondo marca la inquietud de muchos de los que aún se resisten a identificar su voto. Puede que el aparentemente derrotado candidato del PSOE supiera muy bien lo que hacía al dirigirse expresamente a aquellos que tienen en su poder reducir drásticamente la distancia entre socialistas y populares. Una llamada sensata a la sensatez de un electorado muy definido.
Ya que IU no es capaz de hacerse oír, Rubalcaba defendió los postulados de más proporcionalidad y reforma electoral que los aúpe en el recuento de futuras citas electorales.
Quizá haya en el mensaje del socialista más efectividad para enganchar electores indecisos que alharacas en el debate para satisfacer a los convencidos.
Veremos qué pasa en el debate a varias bandas.
Rafael García Rico