Malos tiempos para el entorno del Rey. Su yerno Iñaki Urdangarín anda metido en líos. El juez José Castro ultima su imputación tras conocerse el informe de Anticorrupción que confirma que se apoderó de dinero público. Las facturas, que justifican los gastos ocasionados por la celebración de los congresos en Baleares, aún dándolas a todas por buenas, no cubren la justificación de lo recibido, según sostiene la Fiscalía Anticorrupción. El agujero detectado por la investigación judicial suma casi un millón de euros.
No voy a entrar, como nunca he entrado, a condenar a Urdangarín. Respeto su presunta inocencia pero esto que le está pasando es algo que se veía venir hace tiempo y la Casa del Rey debería haber tomado medidas. Porque, desde hace tiempo, su Instituto Noos hacía cosas y estaba en sitios que no auguraban nada bueno, ya que, además, todo parecía indicar que el señor Urdangarín usaba su posición para aprovecharse de ella. Ahora, según refleja el juez en su auto, Anticorrupción investiga al duque de Palma y a su socio Diego Torres por supuestos delitos de falsedad documental, prevaricación, fraude a la Administración y malversación de caudales públicos en dos convenios suscritos en 2005 y 2006 por 2,3 millones de euros entre el Gobierno balear, presidido entonces por Jaume Matas (PP), y el Instituto Noos. Mucha tela. Demasiada. Y sólo le faltaba a la Casa Real un escándalo de estas proporciones. Ya puede tomar una postura inteligente en el caso porque, aunque no tenga nada que ver con esos presuntos delitos, cualquier resbalón con temas tan delicados puede tener graves consecuencias.
Pinocchio