A estas alturas de mi vida mantengo un activo escepticismo respecto a todo lo que tiene que ver con la política y los políticos, pero no deja de producirme asombro la lucha de Rosa Díez contra los elementos. UPyD es como el pequeño David enfrentándose al poderoso Goliat que no es otro que las maquinarias electorales de PSOE, PP, CiU, PNV, etc.
Sus mítines suelen celebrarse en la calle, subida a un cajón y con un micrófono enchufado a un equipo de sonido que no es precisamente ninguna maravilla. Ahí, en la calle, se muestra valiente exponiéndose a que cualquiera le diga una impertinencia, o la increpen, dialoga con los transeúntes que curiosos se acercan a ver qué dice.
La verdad es que UPyD es casi un pequeño milagro que ha salido adelante gracias al empuje no solo de Rosa Díez, sino también de quienes le acompañan en esta aventura política. No cuentan con la simpatía de los medios de comunicación, polarizados en torno al PSOE o al PP, la ley electoral no les permite, por ejemplo, poder participar en los debates electorales que se celebran en las televisiones públicas, no tienen dinero para hacer filigranas en la campaña y se puede decir que su campaña es artesanal y, sobre todo, tienen que afrontar el sinfín de descalificaciones de populares y socialistas que temen que les reste votos.
Hace un par de días, el secretario general del PP en Madrid, Francisco Granados, afirmaba en plan faltón que UPyD es un partido formado por oportunistas. Y después de decirlo se quedó tan tranquilo. Claro que la descalificación de Granados le descalifica a él mismo. ¿Oportunistas Savater, pongo por caso?, ¿o Gorriaran? ¿o Irene Lozano? ¡Por favor!.
Lo cierto es que en el PP saben que UPyD les puede arrancar unos cuantos votos y lo mismo le sucede al PSOE. Así que mientras Granados califica de oportunistas a Rosa Díez y compañía, desde el PSOE no se deja de decir que UPyD es un partido de derechas, de manera que entre uno y otro intentan desprestigiar al único partido que les hace daño electoralmente a ambos. Porque IU va a quitar un montón de votos al PSOE pero, naturalmente, no quitará ninguno al PP.
Yo conozco a unos cuantos votantes socialistas que han decidido dar su voto a UPyD en estas elecciones. Y ahí es donde le duele al PSOE.
Eso sí, creo que UPyD tiene un problema, que deberían de solventar cuanto antes, y es que termine siendo un partido asentado exclusivamente sobre la figura de Rosa Díez. Ya sé que me dirán que como ella era la única con escaño ha tenido que multiplicar su presencia y desempeñar el papel de principal protagonista, pero me temo que a UPyD le termine lastrando el exceso de personalismo.
En cualquier caso, y a día de hoy, tiene mérito la pelea de UPyD por hacerse un lugar en la política española, y sin duda podría ser ese gran partido de centro que pudiera equilibrar el fiel de la balanza en un sentido o en otro dependiendo de la ocasión. O por decirlo claramente, sería preferible que UPyD pudiera hacer el papel de bisagra que hasta ahora han desempeñado los partidos nacionalistas que al fin y al cabo defienden intereses exclusivamente de su territorio. Pero son las urnas las que dirán la última palabra.
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Julia Navarro