domingo, noviembre 24, 2024
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El Real Madrid, rey de Europa

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Los números lo dicen, cinco partidos jugados, los cinco ganados con 16 goles a favor y sólo dos en contra. Los números no mienten y dicen a la claras que,  hoy por hoy, el Real Madrid es el rey de Europa. Y no sólo lo es por los números,  sino por algo más importante,  por el juego de alto nivel que está desplegando. El fútbol total.
 
Los primeros ocho minutos que he visto en el Bernabeu, con tres goles a cual mejor, ha sido lo mejor que he presenciado en mucho tiempo en la Champions Ligue.
 
El Real Madrid jugó de forma trepidante y brillante. Ya sé que el Dinamo de Zagreb no es nadie, pero viendo la intensidad con la que jugó este Real Madrid plagado de suplentes, hubiese noqueado a cualquier equipo que se hubiese puesto por medio.
  
La felicidad de Benzema, para mí, el mejor del partido; el paso al frente de Callejón que estuvo a un gran nivel; el regate y el precioso gol de Higuaín y la buena visión del juego de Sahin, fue lo mejor del partido entre el Real Madrid y el Dinamo de Zagreb, que se llevó seis goles como se podía haber llevado una docena.
  
Fueron ocho minutos eléctricos donde los blancos en un abrir y cerrar de ojos consiguieron tres goles. Qué digo ocho, fueron veinte minutos primorosos de los que se ve muy poco en el concierto europeo.
   
A los veinte minutos ya ganaba 4-0, cuatro goles como cuatro soles. Y lo hizo jugando lo que se denomina el fútbol total: jugando a velocidad de vértigo, tocando lo preciso con desplazamientos largos y profundos y por supuesto poniendo intensidad y calidad; lo que se llama el fútbol total no el tiki-taka que aburre hasta a las ovejas.
 
Claro, se dirá que enfrente no había nadie. Se puede admitir, pero seguramente este Dinamo de Zagreb sea mejor equipo que el Bate  Borisov y el Vitoria Pizen que le ha tocado en suerte al Barcelona, en su grupo.
  
Es igual, este Real Madrid está tan fuerte que le trae sin cuidado el rival que tenga enfrente. Está en estado de gracia, pletórico de moral y de fuerza física. A este nivel no hay rival que se le resista.
 
La vitalidad de este Real Madrid es tan evidente que no sólo, hasta el momento, es el mejor de la liga española sino que también lo es en Europa. Los números le avalan. Es el único equipo que ha ganado todos sus partidos,  está clasificado matemáticamente como primero de grupo, y en los cinco partidos que ha disputado ha marcado 16 goles y ha encajado sólo dos, los que le hizo a última hora el Dinamo de Zagreb cuando el partido estaba sentenciado.
 
Conviene recordar que Casillas, Arbeloa, Pepe, Marcelo,Khedira y Cristiano, se supone que titulares, no jugaron. Lo hicieron los menos habituales con descanso incluido  de Sergio Ramos, Xabi Alonso y Özil que no salieron en la segunda parte. Lo que demuestra el fondo de armario de un Real Madrid impresionante que se ha rearmado para acabar con la hegemonía del Barcelona de los tres últimos años. Está listo para volver a mandar y ser de nuevo el Rey. Visto lo visto lo puede conseguir, con o sin permiso del Barça, un escalón por debajo de este Real Madrid  lujurioso que apunta con fuerza hacia la décima.
 
Por encima de los que ahora vengan con las milongas de que Mourinho en esta ocasión no celebró los goles, que estaba serio en el banquillo, que no tuvo detalles cariñosos con los teóricos suplentes, que estos no celebraron efusivamente  el cuarto gol -ya se sabe, Mourinho es un ser despreciable-, me quedo con el fútbol espectacular de este Real Madrid  de los menos habituales que consiguieron la duodécima victoria consecutiva, camino de conseguir el récord de victorias si gana en la sexta jornada al Ajax. Ya nadie le quita ser primero de su grupo. Ahí es nada.
 
Por cierto, el  muchas veces denostado Mourinho por algunos indocumentados, todo un fuera de serie como entrenador,  es todavía mejor persona en la intimidad, fuera de los focos. Nada tiene que ver con la  personalidad que proyecta en los medios de comunicación, donde hace su papel. Si como entrenador es un diez, como pesona es matricula de honor. Ahí va el detalle:
   
Mourinho arrancó su versión de la goleada, relajado y satisfecho, y las primeras palabras que salieron de su boca fue para desear la pronta recuperación de Tito Vilanova, con quien tuvo aquel polémico rifi-rafe del ‘dedo en el ojo’ y que hoy había sido operado con éxito en Barcelona de la glándula parótida. Le deseó lo mejor. «Si el año pasado hemos mostrado nuestra preocupación solidaria con Abidal, obviamente lo hacemos de igual modo con Tito Vilanova. Que regrese rápido con su familia y al Barcelona. Que esté aquí el día 10 de diciembre en el banquillo pleno de salud. Tendremos todos el placer de saludarle”.
   
Va siendo hora de que bajen los decibelios contra el personaje que encarna Mourinho en el fútbol, un número uno como entrenador, pero todavía mejor persona. El tiempo nos dará la razón.

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Alfonso Celemín

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