Mariano Rajoy, el cansino Rajoy, continúa ese sin prisa pero sin pausa que le caracteriza como político preparando su llegada a la Presidencia del Gobierno. Y, después de hablar con la banca, se ha reunido con los agentes sociales. Por cierto, no me gusta el nombre de agentes sociales. A veces, me da la sensación de que me van a venir a detener. Claro que tampoco se les puede llamar representantes sociales porque tampoco lo son. Es igual. No me quiero meter, hoy, en un jardín. El hecho es que Rajoy se ha reunido con CCOO, UGT y CEOE.
Se ha reunido con ellos por separado. Para que cada uno fuese a la reunión como realmente es, sin ningún tipo de postura artificial creada por tantos encuentros como tuvieron las tres organizaciones en el pasado.
Y después de escucharlas una a una, Mariano les ha dicho que hay que hacer una nueva reforma del mercado laboral porque la que hay no es de recibo ya que ha creado cinco millones de parados y Europa nos exige reformas estructurales y celeridad.
Y, ahí está el quid de la cuestión, porque ese acuerdo de reforma laboral que les ha pedido tiene que estar cerrado a primeros de Enero. Para Reyes. Ya que la situación es dramática y hay que tomar medidas urgentes.
¿Qué va a pasar ahora? ¿Cómo va a reaccionar estas organizaciones que se han pasado año y medio negociando sin llegar a ningún acuerdo? ¿Llegarán ahora? ¿Y si llegan ahora, por qué no llegaron antes?
Es igual. Pelillos a la mar. Tienen que llegar a un acuerdo ahora. Lo demanda la sociedad entera. Tienen que ser responsables, insisto, responsables y ceder cada uno lo que tenga que ceder. Tienen que ser patriotas.
Porque, de los contrario, la sociedad le ha dado un mandato incuestionable a Mariano Rajoy con sus votos. Y ese mandato irrefutable es que, si no hay acuerdo, haga la reforma por decreto caiga quien caiga.
Porque, de no ser así, el responsable será él y nadie se lo perdonará.
Pinocchio