No me da pena porque, en esencia, Rodríguez Zapatero se ha ganado a pulso la mayor parte de las críticas que fueron jalonando sus siete años de mandato pero, llama mucho la atención ,la ferocidad con la que se han lanzado a su cuello algunos de los muchos que jalearon sus ocurrencias durante todos éstos años. Y no me refiero únicamente a sus compañeros de partido.
Medios, periodistas y tertulianos hay que en horas veinticuatro -así que se conoció el resultado de las elecciones celebradas el 20 N- pasaron de turiferarios de guardia a censores implacables.
En ese registro tan bajuno algunos se disputan a la carrera el titulo de inquisidores compitiendo entre sí en los mismos medios que durante años se aplicaron dando jabón a ZP o silenciando algunas de sus torpezas.
Frente a ejercicios tales de tartufismo uno no sabe muy bien a qué grado de doblez correspondería semejante conducta en la escala del cinismo.
Lo evidente es que la derrota es huérfana y que en España no son pocos los predispuestos a acudir en socorro del vencedor. Hablo periódicos, periodistas y columnistas, pero, como decía, también entre los políticos hay ejemplos de este tipo de gallardía de efectos retardados.
Dirigentes socialistas regionales, antiguos diputados o senadores que, una vez conocido el resultado del 20 N han descubierto que no era sólo la crisis económica -como sostenían durante la campaña electoral- sino la gestión, la estravagante forma de gobernar de Zapatero ,la que ha cosechado para el PSOE el peor resultado electoral de los últimos 30 años. A moro muerto, gran lanzada- ¡Qué valientes¡
Fermín Bocos