Y tres deberían ser, como mínimo, las candidaturas a la secretaría general del PSOE en el próximo congreso de Sevilla. Reducir el debate interno a los planteamientos del dueto Rubalcaba-Chacón se me antoja inexplicable. Comparto el análisis de los que consideran imprescindible la existencia de una alternativa de izquierdas fuerte, unida, nacional, integradora y constitucionalista. El debilitamiento del PSOE, y aún peor, la atomización del
partido en familias disputándose el poder desestabilizaría a una de las grandes formaciones españolas sustentadoras de la convivencia y alimentaría la inestabilidad institucional, colocándonos en el umbral del patio de vecinos multipartidista en el que se ha convertido la República Italiana. El PSOE debe suturar las heridas abiertas y buscarse un lugar en la nueva Europa que salga de la crisis actual.
Felipe González heredó las siglas del puño y la rosa fosilizadas bajo toneladas de clandestinidad y aislamiento en el exilio. Abandonó el marxismo republicano, venciendo resistencias internas, transformando al PSOE en un partido socialdemócrata moderno y europeo. Sus colegas de la Unión, inventores del estado social del bienestar, le ofrecieron cobijo, le prestaron apoyo político y financiero y muchísima experiencia ejecutiva. Zapatero le dio una vuelta de tuerca al rotor de la maquinaria socialista para impulsar el cambio de un partido obrerista a otro radical progresista, más preocupado de certificar legalmente los cambios que se habían producido en la sociedad española que de aplicarse en los viejos principios del reparto equitativo y solidario de la riqueza. Mientras la burbuja inmobiliaria nos benefició a todos no hubo problemas, pero cuando se desinfló y no quedaba un euro para más bonificaciones, los socialistas se quedaron paralizados y sin ideas.
Los compromisarios que viajen a Sevilla deberían pensarse muy bien cómo, para qué y con qué proyecto se debe prolongar la vida del PSOE. Despejadas las incógnitas, y sólo entonces, elegir al líder encargado de dirigir todo el proceso. ¿Serán capaces Rubalcaba o Carmen Chacón de enfrentarse a este reto? Ambos han estado con Zapatero desde el primer día, ambos han compartido su modelo partidista y su programa de gobierno y ambos han perdido las elecciones. A día de hoy, y según las estimaciones que se manejan en Ferraz, Pérez Rubalcaba despierta más confianza que su joven opositora.
Algunos dirigentes del PSOE no se sienten cómodos en una coyuntura tan estrecha y parecen empeñados en alumbrar una tercera vía. Ya no se esconden y poco a poco se van alistando en el batallón de enganche, son todos ellos supervivientes del huracán del 20-N y proceden del ámbito municipal. Ahora buscan un abanderado que bien pudiera ser el alcalde de Toledo Emiliano García Paje. Si termina por decidirse le acompañarán muchos otros, como el edil de Valdepeñas, Jesús Martín, que ha sido capaz de mantener todos los servicios en su pueblo sin endeudarlo. Es posible que no consigan la secretaría general, pero el que la gane tendrá que contar con ellos y con sus nuevos proyectos y entonces se habrá demostrado que no hay dos sin tres.
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Fernando González