La crisis nuclear iraní dista mucho de haber acabado, pero Teherán parece haber realizado un sutil gesto — apeándose de su amenaza hace unas semanas de cerrar el paso del Estrecho de Ormuz en respuesta a la escalada de sanciones estadounidenses.
El ablandamiento de la postura de Irán acompaña a la advertencia de un mensajero estadounidense este mes de que cualquier iniciativa encaminada a cerrar al tráfico el estrecho provocará una respuesta norteamericana potencialmente devastadora. Teherán recibió claramente el mensaje — rechazando las amenazas previas de uso de la fuerza un alto funcionario iraní el jueves.
«Irán no ha intentado nunca en su historia impedir, poner obstáculos de cualquier clase a la circulación por esta importante vía marítima», insistía en una entrevista televisiva durante una visita a Turquía el Ministro de Exteriores Alí Ajbar Salehi.
Pero en una señal de que Irán sigue adelante con su programa nuclear genérico, Salehi advertía a las naciones de no colocarse «en una posición de riesgo» alineándose con Estados Unidos.
Lo que disparó el nerviosismo fueron unas declaraciones belicosas pronunciadas a finales de diciembre por el Vicepresidente Mohammed Reza Rahimi, diciendo que Irán cerraría al tráfico el estrecho si Occidente impone nuevas sanciones al crudo iraní. El día 3 de enero, un almirante naval decía que la marina de su país había realizado maniobras de simulacro de cierre del estrecho; advertía que el portaviones USS John C. Stennis, que abandonó aguas del Golfo hace poco, no debía volver. Pero la Inteligencia norteamericana recogió enseguida indicios de que algunos líderes iraníes estaban descontentos con las volátiles declaraciones.
Las declaraciones del ministro de exteriores, examinadas junto a los demás sucesos, insinúan que la fiebre bélica en torno a una rápida confrontación en el estrecho estaría cediendo. Todavía no hay progresos en torno a la cuestión central del programa nuclear de Irán, pero Estados Unidos ha puesto en claro los límites de su seguridad en la crisis, e Irán ha indicado a través de su respuesta pública haber recibido el mensaje.
Otro gesto de desactivación fueron las declaraciones el miércoles del Ministro israelí de Defensa Ehud Barak, diciendo que cualquier ataque israelí a Irán era «muy remoto». Barak expresaba la opinión de consenso en la institución de la seguridad nacional israelí.
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David Ignatius