Recientemente, los bancos europeos tomaron prestados 500.000 millones de euros del BCE al 1% de interés anual, a devolver en tres años. ¿Qué puede hacer un banco con su dinero fresco? ¿Lo invertirá en deuda española y/o de otros países periféricos que pagan seis, siete o incluso más veces que ese 1% al que recibieron el préstamo del BCE? Mucha gente cree que sí, pero no está tan claro que todos lo hagan; de hecho, hay bancos que invierten en deuda alemana, que no solo no remunera sus bonos, sino que cobra por venderlos. ¿Tiene eso sentido? Hay ejemplos que así lo indican.
Primera hipótesis: Sobre el papel, un banco podría conceder, por ejemplo, 50 millones de euros en créditos a empresas, pongamos al 7% por año: en 3 años obtendría +10,5 millones, pero con el riesgo de una morosidad alta (7%), es decir, que podría no cobrar 3,5 millones, con lo cual su beneficio se reduciría a 7 millones de euros. Segundo supuesto: Con ese dinero del BCE, un banco podría comprar 50 millones de deuda de países con prima de riesgo alta (5% a tres años vista), de modo que en tres años ganaría +7,5 millones, con el riesgo poco probable de una quita del 10%. En el peor de los casos, el beneficio del banco sería de 2,5 millones, y en el mejor, de 7,5 millones. Y tercera hipótesis. El banco en cuestión también puede comprar 50 millones de deuda alemana (-1% por año), de modo que en 3 años perdería -1,5 millones de euros. Pero como esta deuda es siempre vendible en el mercado secundario, donde los intereses están más bien en el entorno del 1%, el banco tendría un colchón para conseguir liquidez en cualquier momento, a la espera de dar más créditos a las empresas, comprar deuda pública más rentable o esperar la llegada de los eurobonos, si es que algún día se ponen en marcha. Pero la pérdida del banco en el peor de los casos sería de solo 1,5 millones.
El juego de los bancos hoy en día parece que no es conseguir la máxima rentabilidad a corto plazo, sino invertir su dinero de tal manera que se dejen las puertas abiertas para cambiar de estrategia cuando la ocasión lo requiera. De momento, el dinero que va a Alemania es más bien un dinero que los bancos quieren aparcar con total seguridad, a la espera de nuevos escenarios. En realidad, tampoco es tanto, porque en las subastas de deuda alemana nunca se cubren las necesidades al 100%, mientras que en las subastas meridionales muchas veces se sobrepasa el nivel de 200%, lo cual es lógico teniendo en cuenta su alta rentabilidad, aunque entrañen mayor riesgo.
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
José Luis Gómez