A primera vista eso parece, si tenemos en cuenta la discusión que en el vestuario protagonizaron los dos capitanes del equipo, Casillas y Sergio Ramos con Mourinho por el planteamiento táctico del encuentro de copa contra el Barcelona, la bestia negra de los blancos. Discusión y cruce de culpas que alguien del vestuario filtró al diario deportivo Marca.
Puede que haya cisma, pero después del resultado y del juego que el Madrid desplegó contra el Athletic Club de Bilbao, un señor equipo que solo se rindió cuando se quedó con diez jugadores, las aguas ya no bajan tan turbias. Pero ha habido tensión y, ya se sabe que donde hubo fuego siempre queda rescoldo.
No es la primera vez ni será la última que un vestuario, sea del Madrid o de otro equipo, pone en duda la táctica de su entrenador y que se dicen a la cara reproches de diversa índole. Ha pasado en el Real Madrid, en el Barcelona y en otros equipos de relumbrón tras una dura derrota. No es nada nuevo y no pasa nada. Pero claro sucede en el Madrid y todo se exagera hasta límites insospechados. Lo que me parece increíble es que esas conversaciones se filtren y salgan a la luz. El vestuario de cualquier equipo de fútbol es sagrado, pero por lo que parece en el del Real Madrid hay un chivato que no respeta esas reglas. La prensa, ante tal filtración, interesada o no, naturalmente se frota las manos, al tiempo que aprovechan para cargar las tintas contra Mou, culpable hasta de la muerte de Manolete.
Creo que no estamos siendo justos con Mourinho, que si en efecto y lo dijimos, se equivocó en el planteamiento que hizo contra el Barcelona, que le tiene comida la moral y que le hace transformarse en todos los sentidos. Es increíble como el Barça le hace perder la cordura y ve al equipo de Guardiola como un macabro fantasma que le atemoriza hasta provocarle un estado catatónico. Esta es la realidad, pero de ahí al acoso que está sufriendo medía un abismo.
Algún sector de la prensa que no perdona que Mourinho no se case con nadie y que no se someta al juego de una parte de los medios de comunicación madrileños, quieren llevarlo al cadalso y crucificarle. Le tienen ganas, y van a por él. Lo hacen, dudando de su prestigio y resaltando por encima de su gran talla de entrenador, su prepotencia y chulería. Cuando por encima de defectos, que los tiene, todos sabemos que es un grandísimo entrenador y que roza la genialidad.
Tras el acoso llega la conspiración. Después de la derrota ante el Barcelona se han movido los hilos para que el Bernabéu comience a cuestionar a la figura de Mou. Y así sucedió, durante el partido contra el Athletic hubo algunos silbidos contra el técnico portugués que estuvo apático y triste en el banquillo, apenas salió. Cuando el fondo sur trató de animarle, el resto del estadio respondió en contra. El último partido del Barça, con el equipo encerrado y marrullero más la consiguiente derrota, ha provocado que se generen dudas sobre su labor al frente del Madrid. Algo que en otros casos podría resultar normal, si no fuese porque todo viene precedido de movimientos extraños en la oscuridad. Van a por Mourinho, porque no se somete a los caprichos de algunos jugadores españoles de la plantilla y al baboseo de una parte de la prensa que se creen con derecho de pernada en el Real Madrid.
Y todo esto, por perder contra el Barcelona, cuando la primera vuelta que ha realizado el Real Madrid en la liga es para quitarse el sombrero. Cinco puntos al Barcelona, 67 goles marcados, una diferencia de tantos abrumadora y una sensación de apabullar, de atomizar cualquier rival… Por eso pienso que el gran cadalso que se le puso a Mourinho desde que llegó es ridículo, rastrero, miserable y un reflejo de que muchos periodistas sólo responden cuando le bailan el agua los técnicos pelotas
Mourinho, ha llevado bien los primeros pitos contra él, incluso no le ha faltado chispa cuando ha respondido que si el “Bernabéu ha pitado a Zidane y a Ronaldo ¿Cómo no me van a pitar a mí”. Y lleva razón.
Me temo que ya hay una pequeña escisión entre los jugadores españoles que han sido campeones del mundo, es decir Casillas, Sergio Ramos, Xabi Alonso, Albiol y Arbeloa con Mourinho. Así como cierto distanciamiento de la afición con el portugués. Y creo, que cuando finalice la temporada Mourinho dejará el Real Madrid.
Por cierto, se me olvidaba hablar del partido. Sin esa especie de obsesión que representa para Mou el Barcelona, ante el Athletic volvió al arden establecido y fue si cabe más ofensivo. Decidió salir con toda su artillería y con el doble pivote deseado por muchos, Xabi-Granero. Y por delante, talento y clase con Kaká, que estuvo muy bien, Cristiano Özil, el mejor, ha regresado y Benzema. Esta idea ante un rival que dejó un bien sabor de boca, condujo a una serie de riesgos, a un partido muy abierto. De hecho, el Athletic se adelantó y tuvo ocasiones para agrandar la herida. Fue un partido loco, de ida y vuelta, con muchas llegadas en ambas áreas. Eso no le gusta mucho al técnico, pero quizás debió pensar que en caso de derrota, mejor hacerlo por la vía más estética, aún a costa de las inseguridades defensivas de la primera parte.
Y el Real Madrid, se levantó después de una dura semana. En la liga resucitó y tiene vida. La copa es otro cantar, pero se aprovechará para seguir acosando a Mourinho.
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Alfonso Celemín