«No hay mal que cien años dure», Charo Reina ya ha superado la depresión que la ha mantenido alejada de los escenarios y de la televisión. La ruptura de su amistad con Isabel Pantoja y el encarnizado enfrentamiento que mantuvo con su hermana la derrumbaron anímicamente hasta el punto de abandonarse completamente.
Durante meses, Charo se ha medicado para combatir una ansiedad permanente y difícil de superar: «no tenía fuerzas para trabajar ni para retomar mi vida diaria. Me sentía dejada, deprimida, derrumbada, sin ganas de nada, he sufrido una auténtica depresión».
Charo reconoce que sigue manteniendo la famosa deuda de los 6.000 euros con Isabel Pantoja, me consta que ha intentado, sin éxito alguno, ponerse en contacto con Isabel en varias ocasiones con el fin de saldar lo que le debe: «la he llamado pero no me coge el teléfono, quiero pedirle un número de cuenta para hacerle un ingreso y así tener un justificante de pago. Ahora no me fío de nadie», me asegura Charo. Este dinero se lo dejó Pantoja hace unos diez años, por aquella época Reina atravesaba momentos económicos y personales muy difíciles, y la propia Isabel se prestó a ayudarla. Según cuenta Charo, ambas hicieron un «pacto de silencio» por el que se comprometían a no confesarlo nunca, ¿el por qué?, sólo ellas lo saben.
La amistad de Isabel y Charo se desquebrajó cuando la Pantoja comenzó su relación con Muñoz. La actriz le reconoció a su amiga que Julián no le daba buena espina, y la tonadillera que es visceral por naturaleza no dudó en «cortar por lo sano» con su amiga. Desde entonces Isabel ha querido mantener la distancia con Charo y no atiende a sus llamadas.
A la sobrina de Juanita Reina se le ha cerrado la ventana de la amistad con la Pantoja, pero se le ha abierto la puerta del amor con un atractivo protésico dental de cuarenta años y pelo largo. Se conocieron en el AVE, en un trayecto de Sevilla a Madrid, en octubre del 2010, sentados uno frente al otro, conectaron primero visualmente, el resto llegó después. Se conocieron y durante meses se intercambiaron mensajes hasta que llegó el día del encuentro. De eso hace ya quince meses, hoy, Charo puede decir bien alto que está enamorada, que este protésico dental gaditano es ahora su amor: «me siento feliz, nuestra historia está evolucionando». Ella aún se reserva el nombre porque no quiere precipitarse y que le ocurra lo mismo que en otras ocasiones: «Mis hijos ya le conocen y están encantados con él, puede que nos planteemos la convivencia, pero quiero ir despacio. «D» me da la estabilidad emocional que necesito y él me ha ayudado mucho en los difíciles momentos que he pasado últimamente. Ha permanecido a mi lado cuando estaba mal y eso es una garantía en la relación».
Sin duda, esto mismo no lo podría decir Julián Muñoz de Isabel Pantoja.
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Mabel Redondo