El encuentro entre el Real Madrid y el Racing de Santander apenas tuvo historia. Se impuso como estaba cantado el equipo de Mourinho, que sin despeinarse se impuso por goleada a los cántabros, que se comportaron con mucha dignidad pese a la expulsión tonta pero justa de Cisma por dos manos absurdas, en la primera parte.
La autoridad que está mostrando el Madrid le permite vivir partidos sin tensión y sin esfuerzo. Apenas se desgastó para las batallas próximas, como la que le espera el martes en Moscú, en su regreso a la Champions.
Fue tanta la superioridad madridista que el partido resultó anodino y hasta monótono. Ante esta circunstancia sólo hubo un grito en el Bernabéu, que se escuchó con fuerza: “La final de copa no se juega aquí”.
Y así será. El caso por parte del Real Madrid ya está cerrado y no hay vuelta atrás. La final de copa entre el Barcelona y el Athletic no se jugará, como deseaban los dos equipos, en el Santiago Bernabéu. Primero, porque el Madrid está en su derecho de hacerlo y segundo porque, y es verdad, tiene previsto realizar obras nada más finalizar la liga.
Lo que no entiendo es el empecinamiento del club azulgrana en que se juegue en el estadio blanco. La única razón que se me ocurre es el de querer recrearse, en caso de ganar el titulo, en casa de su gran rival para restregarle la copa en sus narices.
No seamos tan hipócritas, como el señor Freixas portavoz del Barcelona, que con palabras almibaradas dijo aquello de que “sería muy bonito que en Madrid se jugase la final entre catalanes y vascos”. Me parece muy bien, pero habría que recordarle que la final de copa del 2004 entre el Real Madrid y el Zaragoza, el Barcelona se negó a que se jugase en el Camp Nou, campo que habían pedido los dos equipos. El club azulgrana, entonces se negó por temor que el Real Madrid levantase el titulo en terreno culé. Eso hubiese sido una afrenta, y dijeron un no rotundo. Al final se jugó en Montjuic. Ahora, el Real Madrid le ha devuelto la moneda por las mismas razones.
Lejos del Bernabéu se escucharon otros gritos…. Fue en Europa, concretamente en Milán y Londres, donde Mourinho fue aclamado.
Y hasta el estadio madridista llegaron los ecos de los gritos que se escucharon a favor de Mou. Allí es tanta la huella que ha dejado el técnico portugués, que reclaman su presencia.
Mientras que aquí sufre la persecución de una parte de la prensa que no le perdona su fuerte personalidad y su independencia de los focos del cuarto poder; en los sitios donde estuvo beben los vientos para que vuelva.
Así sucedió en el partido de FA Cup disputado en Stamford Bridge entre el Chelsea y el Birmingham en donde se escuchó el cántico ‘Jose Mourinho, Jose Mourinho’ cuando los ‘blue’ iban por detrás en el marcador, antes que lograse el empate.
Antes, los aficionados del Inter de Milán nombraron al portugués. Durante la goleada sufrida en San Siro por parte del Bolonia, los ‘tifosi’ interistas corearon el nombre de Mourinho, quien hiciera campeón al Inter de la ‘Champions’ en 2010, además de conseguir el Scudetto y la Copa.
El Bernabéu frente al Racing no gritó su nombre, porque ya lo considera uno de los suyos a pesar de que el día en que se equivocó con la alineación frente al Barcelona, en Copa, escuchó algunos silbidos, no tanto como sus detractores dijeron. Antes lo habían aclamado de forma unánime.
Después de aquella cierta reprobación, Mourinho estuvo hecho un mar de dudas y llegó a pensar si le convenía seguir o no, pero nunca dijo que se marcharía a pesar de cacareadas falsas exclusivas de algunos medios que cantaban, sin razón, que al final de temporada dejaría al Real Madrid. Mentira. El club ya ha dejado bien claro que el portugués seguirá porque, primero así lo desea; segundo porque le quedan aun dos años más de contrato; y tercero, ya está preparando lo que será la próxima temporada. Mourinho, no se mueve de Madrid. Caso cerrado.
Parece ser que ahora el problema ha cogido el puente aéreo. En el Barcelona, Guardiola empieza a dar síntomas de fatiga. El entrenador azulgrana, de nuevo, vuelve a dudar sobre su renovación. No tiene claro si debe continuar al mando del Barça una temporada más. Esta circunstancia no ayuda en un club que no pasa por su mejor momento de juego y hasta de ánimo. Pero no pasa nada, esto mismo ha sucedido con Mourinho, y se armó la de San Quintín. Los críticos del portugués no tardaron ni un segundo en calificar a Mourinho de cobarde y de huir de las garras azulgranas comandadas por Guardiola. ¡Vivir para ver! Al final el tiempo pone a cada uno en su sitio. A Mourinho palo; mientras que a Guardiola se le perdona todo, a pesar de crear incertidumbre en un momento clave de la temporada.
El Real Madrid va a dormir a 13 puntos del Barcelona, después del descansado triunfo sobre el Racing de Santander. El primer gol de Ronaldo fue fuera de juego, en cambio el segundo de Benzema sí está en posición ilegal, las cosas claras, pero a pesar de todo, el triunfo del Madrid es indiscutible. La liga tiene color blanco.
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Alfonso Celemín