Mientras Josep Borrell ha asegurado que «desgraciadamente» ha tenido que ser un Gobierno del PP el que haya «limitado el sueldo de los banqueros». Y ha lamentado que «alguna de las cosas que ha hecho el Partido Popular no las haya hecho antes el gobierno socialista», elogiando, al mismo tiempo, el planteamiento de la dación en pago para «evitar las situaciones de indefensión financiera»… Y mientras José Bono se ha despedido de Castilla-La Mancha señalando que «coincide plenamente» con Josep Borrell y asegurando que es necesario que los socialistas hagan «autocrítica» porque de lo contrario no serán «creíbles» ante los ciudadanos, el líder actual del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha pedido a los socialistas, que salgan «a la calle» para contrarrestar las propuestas que está abanderando Mariano Rajoy.
¿En qué quedamos? ¿Las medidas de Rajoy son buenas o son malas para el PSOE? No pueden ser buenas y malas al mismo tiempo.
Para Rubalcaba, al parecer, el «mejor esquema de participación consiste en salir a la calle» y dar respuesta a las inquietudes de los ciudadanos porque «hace frío dentro del PSOE cuando la gente te da la espalda». O sea, que, en lugar de hacer autocrítica, todo el mundo a ocupar calle. No hay quien entienda a estos socialistas.
Dos meses después de perder por goleada las elecciones generales, la única salida que se le ocurre al gran Alfredo es tomar la calle. Al lío, al lío. Socialismo de indignados. De ahí a hablar de socialistas descamisados, como Perón, no creo que falten más de tres telediarios. De TVE, claro.
Es más, todo parece indicar que P. Rubalcaba está tan entusiasmado con las algaradas callejeras que, me cuentan, anda como loco por incorporar al PSOE a esta “joyita” que ha aparecido en Valencia y que responde al nombre de Albert Ordóñez. Un mozalbete que dejó dicho en su Facebook (antes de cerrarlo) perlas tan edificantes como «Los derechos no se mendigan, se conquistan con violencia». O, “Hay que continuar la lucha a sangre y fuego”.
Seguidor de Amaiur, Hugo Chávez y Fidel Castro, Ordoñez también ha asegurado: «Ni un paso atrás: gente como ésta (Esperanza Aguirre) debería mirar debajo de su coche al salir de su casa». Un tipo pacifista, según parece…
El PSOE ha perdido tanto el oremus que me dicen que Jorge Alarte, en su afán por ganarle la partida a IU y a Compromís-Equo que también quieren a la “joyita”, le llegó a invitar a que hablase en Las Cortes Valencianas. A eso le llamo yo respeto democrático a las instituciones. Puertas abiertas a los violentos…
En definitiva, que el PSOE parece de lo más difuso. La noche de ideas políticas por las que atraviesa no le está sentando nada bien. Le confunde. Como a Dinio, aquel personaje (curiosamente, cubano) que vino a España de la mano de Marujita Díaz, le confundía la noche jaranera.
El PSOE actual no sabe qué hacer. No sabe si echarse al monte como dice Rubalcaba o reconocer la política de Estado que está llevando a cabo Rajoy como dicen Borrell y Bono.
Espero que, como están haciendo los socialistas serios, el PSOE haga autocrítica, vuelva a ser un partido sensato y, de verdad, arrime el hombro para ver si España es capaz de salir de esa sima a la que nos arrojó Zapatero, de quien Rubalcaba era vicepresidente.
Pinocchio