La bolsa española ha roto la racha de caídas en tres semanas, aunque en esta cuarta semana las ganancias han sido muy exiguas, apenas un 0,4%. Ocurre que los inversores están muy asustados y bastante desconcertados. Las noticias se han sucedido. Desde el Consejo Europeo, monopolizado por las opiniones de Merkel, podría acabarse con las ventanas de liquidez del BCE y a la negativa a rebajar los compromisos de reducción de los déficits públicos.
El viernes, sin embargo, el Consejo de Ministros aprobaba el cuadro macroeconómico y el techo de gasto. Y, oh sorpresa, el ejecutivo de Mariano Rajoy ha previsto que este año el déficit se situará en el 5,8% del PIB, un crecimiento económico negativo en un 1,7% y un paro de más de 600.000 a final de año. El presidente ha asegurado que no se está incumpliendo el objetivo de la UE, ya que a finales de 2013 el agujero de las cuentas públicas será del 3%. No parece, pues, ningún desafío, sino una cadencia distinta en el cumplimiento. Ya veremos cómo se lo toman los mercados. De momento, la bolsa no reaccionó del todo mal y el bono a 10 años sigue por debajo del 5%. El lunes será todo un test después de que en las subastas España haya dado la talla.
También el viernes, el Gobierno aprobó la operación de pago a proveedores, una inyección de 35.000 millones de euros que irán directamente a la economía productiva. Una medida muy acertada que además de restaurar el derecho a cobrar por el trabajo realizado puede evitar el cierre de muchas empresas que estaban mal viviendo. Los créditos habilitados para el pago serán recuperados por el Estado en 10 años al 5% de interés. Sólo hay que esperar que se ponga en marcha lo antes posible y pueda compensar en muchos casos la falta de crédito, de forma que miles de empresas y autónomos puedan mantenerse en pie.
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Carmen Tomás