Una frase hecha como “no dejes que la realidad te estropee una buena información” es lo primero que aprenden los alumnos de periodismo en las facultades para no caer en la trampa de la manipulación. Y lo primero que olvidan. Si nos atenemos a la conducta del director de El Mundo, Pedro José Ramírez, él es uno de esos a los que se les olvidó la moraleja de esta máxima. En su caso hace muchos años. Una pena…, con lo buen periodista que habría sido.
Sí, no es ninguna ‘boutade’ lo que acaba de leer. Pedro J. tiene cualidades para ser investigador, posee contactos, fuentes de información, todo lo que se necesita para ser un buen periodista. Él, por el contrario, ha optado por otro camino mucho más directo al éxito: la manipulación, el sesgo, la conspiración…
No quiero ni entrar en la teoría de la conspiración del 11-M que todavía sigue azuzando. Con su pan se la coma. Lo último que ha hecho, siendo asunto menor comparado con el del 11-M, clama al cielo y a todos los santos del firmamento.
En la edición del domingo nos quiso hacer tragar que un señor al que no conocía nadie hasta ahora, llamado Ladislao Martínez, y uno de los promotores del referéndum popular que el domingo se organizó en Madrid contra la privatización del Canal de Isabel II, era un rojo con “millonarias propiedades”, un “anticapitalista de mercedes y cubertería de plata” que “tiene fincas del tamaño de 15 Bernabéus” y un piso “en Chamberí pagado al contado”, “muy cerca del exclusivo Paseo de la Castellana”. El artículo titulado “Un terrateniente al frente de la “marea azul”” era una falacia.
¡Querido lector, era todo mentira y gorda! Lea el artículo de Nacho Escolar en Público titulado “Manipulaciones por hectáreas” donde el también colaborador de Estrella Digital desmonta todas y cada una de las falsedades publicadas para desprestigiar la movilización ciudadana contra la privatización de la joya de las empresas públicas de la Comunidad de Madrid. Dice textualmente Escolar: “El “anticapitalista de mercedes” ni siquiera tiene coche, tampoco carné de conducir. El millonario “de cubertería de plata” no vive de las rentas de sus tierras: trabaja como profesor en el Instituto Villa de Vallecas desde hace 18 años. Su piso “en Chamberí” en realidad está en el distrito de Tetuán, en el barrio de Estrecho, más cerca de la calle Bravo Murillo que del “exclusivo Paseo de la Castellana” y en un edificio de 50 años de antigüedad. Lo compró sin hipoteca, después de vender el anterior piso en el que vivía, con la ayuda de la herencia que le dejó su madre al morir.”
No nos engañemos, Pedro J. no hace esto porque se le haya ocurrido a él solo. Lo mismo ocurrió, como también refleja Escolar, cuando publicó que “el dirigente de UGT, José Ricardo Martínez, cobraba 180.000 euros al año como consejero de Bankia”. Aquella ‘información’ se publicó en la víspera de la primera manifestación contra la reforma laboral” y más tarde se demostró que esa cantidad iba cedida al sindicato. No habrá que mirar muy lejos del kilómetro cero para adivinar por donde vienen los tiros.
También es digno de ser contado cómo el periódico de Pedro J. se dedicó a arremeter contra Telemadrid cuando Manuel Soriano retiró en el año 2004 de la programación un espacio llamado “Todo Madrid” y presentado por Juan Ramón Lucas. No era casualidad, ese programa era de “El Mundo Televisión”. Hubo paz cuando la productora volvió a tener cacho en la cadena pública. De éstas se podrían contar por miles.
Así es Pedro José Ramírez, y aunque no descubrimos nada, es el hombre que marca la agenda política en España y en Madrid, el mismo que hace cuatro años intrigó para cargarse a Rajoy y colocar a la lideresa Aguirre al frente del PP.
De la frase mencionada al comienzo Pedro J. está como pez en el agua con la siguiente variante: “no dejes que la realidad te estropee una buena conspiración”.
Una pena…, con lo buen periodista que podría haber sido.
Quebrantahuesos