La peregrina idea de Rubalcaba de unir su suerte a la de unos sindicatos desprestigiados en su lucha contra la reforma laboral está poniendo al PSOE cuesta abajo y sin freno. Y la señal más clara de su desplome ha sido el hecho de anunciar que el domingo 11 de Marzo irá de pancartero en la indigna manifestación que han organizado los que no respetan siquiera el dolor de los muertos con tal de defender sus propios intereses.
Me dicen que Rubalcaba se ha echado al monte a la búsqueda del voto de IU. Piensa, como Zapatero, que su nicho de votantes está en su propia izquierda y para ello está radicalizando su posición para atraer los votos que, piensa, perdió el 20N.
Y es posible que encuentre simpatizantes en esa IU que, a su vez, se está radicalizando aún más hacia la izquierda y hacia el ridículo con un Cayo Lara que aún no sabe que estamos en el Siglo XXI.
Pero faltan cuatro años para las nuevas elecciones y esa radicalización socialista está haciendo que el propio PSOE se esté abriendo en canal. La manifestación del domingo va a ser un punto sin retorno ya que cruzará una de las más importantes rayas rojas.
De hecho, José María Benegas, uno de los apoyos de Rubalcaba en el Congreso de Sevilla, ha escrito un artículo titulado ‘Mezclar la reforma laboral y el 11 M es un error’, en el que el viejo líder socialista dice que «desde el punto de vista de la oportunidad, del riesgo de afectar a sentimientos muy legítimos fundamentados en el dolor, y de que los ciudadanos no entiendan porqué hay que mezclar temas que nada tienen que ver, esa convocatoria me parece un grave error por parte de los sindicatos».
Y continúa diciendo «¿Qué necesidad tienen, tenemos, de crear problemas innecesarios que afectan al profundo dolor y sufrimiento de tantas familias? ¿Es que no tenemos más fechas para protestar por la reforma laboral?»
Junto a Benegas, me dicen, se han levantado más voces dentro del seno del PSOE aunque no lo hayan hecho público. Porque el PSOE, que ha sufrido el dolor del terrorismo en sus propias carnes como el que más, no entiende que ahora no se respete ese dolor porque su líder no sepa como ejercer la oposición y se una a las instituciones más desprestigiadas del país en un momento tan delicado. Unas instituciones que han sido incapaces de hacer nada ante la sangría de tres millones y medio de parados en tres años y medio de gobierno zapatarista y ya no cuentan con apenas apoyo en la sociedad. El País, por ejemplo, dice que el 67% de los españoles está contra la huelga general.
Lo que no recuerdan, tal vez, los socialistas críticos con Rubalcaba es que al actual líder del PSOE repite estrategia. Y ya le fue bien aquel nefasto 13 de Marzo de 2004, cuando profanó el sagrado día de reflexión de unas elecciones generales con el uso del terrorismo en política y quiera volver a repetir.
Pinocchio