La eliminación del CSKA de Moscú a manos del Real Madrid era algo que se presagiaba desde el momento que quedaron emperajeados en los octavos de final de la Champions Ligue. Era una muerte anunciada. Y más después del empate a uno del partido de ida, que los rusos lograron en el tiempo de descuento en una jugada aislada.
Puede que por esos presagios tan venturosos, el Real Madrid salió tan relajado al Bernabéu. Era cuestión de tiempo que los blancos pasaran por encima de un CSKA de Moscú que empezó asustando para desaparecer poco después.
El encuentro fue soso y aburrido. Tal vez ha sido uno de los peores partidos del equipo de Mourinho en lo que va de temporada. El Madrid sesteando ganó con comodidad a un CSKA que sólo expuso algo al inicio y luego cuando perdia 3-0.
El encuentro cumplió el guión previsto: Los de Mourinho se clasificaron con suma comodidad para los cuartos de final de la Champions, sin apenas esfuerzos y con claridad meridiana, con goles de sus tres delanteros: dos de Cristiano, Higuaín y Benzema. Lo peor de todo, la segunda tarjeta amarilla de Xabi Alonso que no estará en el primer partido de los cuartos de final.
A pesar de la comodidad, por favor que nadie le reste méritos a este Real Madrid que esta vez no gustó por no jugar con la intensidad a la que nos tiene acostumbrados, pero es normal que a veces se bajen los decibelios. Lo que me parece incomprensible y ahí doy la razón a Mourinho, es que ganando 3-1, y aunque no se jugase bien, que una parte del publico se dedicase a silbar a algunos jugadores blancos. Kaká, en una jugada de contraataque que no supo hilvanar, fue pitado. Desde ese momento el brasileño se hundió. Poco tiempo después Mou lo cambio y entonces entre algunos aplausos tardios, recibió la comprensión de su entrenador que le dio un cariñoso abrazo.
Lo siento mucho, pero la afición del Madrid a veces no sabe lo que quiere, y desde luego, no es la mejor. Si lo que está logrando el equipo madridista lo estuviese haciendo el Atlético de Madrid, y es un ejemplo, tendrían al equipo en una nube. Y si por un día, donde el Real Madrid sintiéndose superior y haciendo una faena de aliño gana 4-1 , sin hacer un buen partido, se oyen silbidos y pitos, es que algo falla en esa conexión equipo-afición. Creo sinceramente que el público del Bernabéu no está respondiendo a lo que está ofreciendo este Real Madrid que lleva unos números inmejorables. La afición blanca no está siendo justa y desde luego fue lo peor del partido.
Claro que dirán que como pagan tiene derecho a la queja. Llevan razón, pero me parece desproporcionada esa respuesta ante lo que le está ofreciendo el conjunto blanco en esta temporada.
No me extraña que Mourinho, que se quedará en el Real Madrid, ponga como una de las razones de esa presumible salida, la falta de cariño de la afición hacia su equipo…
Mourinho tendrá muchos defectos, que los tiene, pero si algo no soporta es que su propia gente lance espinas cuando ellos tratan de ofrecer lo mejor que tienen…. De momento, este Madrid está siendo digno de admiración tanto en la liga doméstica como en la Champions… Pero, a pesar de todo, y del 4-1, pitos y silbidos. No lo entiendo. Lo que más lamento es que sólo sean los ultras sur los que de verdad animan. Y lo que lamento también es que Mourinho se lo agradezca.. No se si el luso sabe lo que representan esos ultras, pero puedo llegar a entender su reacción de apoyo ante el silencio de un Bernabéu que muchas veces más que a un partido de fútbol parece que van a la Opera.
No fue un buen partido del Madrid que salió sin chispa y sin esa intensidad tan suya. Se lo tomó con mucha tranquilidad pero con todo, ganó 4-1. De vez en cuando viene bien un partido de relax ante lo que se avecina: la hora de la verdad
Llegan los cuartos de la Champions League, y en el vestuario madridista, aunque les parezca mentira, desearían al Barcelona. Piensan que mejor ahora que más tarde.
El sorteo es el viernes, y no sé, tengo una premonición. Vamos a ver si acierto. Ahí va mi pronóstico:
Apoel-Real Madrid
Barcelona-Chelsea
Bayern Munich-Benfica
Olympique de Marsella-Milán
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Alfonso Celemín