Tengo escrito que la reforma laboral no servirá para crear puestos de trabajo, pero también creo que la huelga general no torcerá el brazo a Mariano Rajoy obligándole a reformular la reforma porque el presidente se siente reforzado por los resultados de los sondeos de opinión. Por los sondeos y por los estudios demoscópicos que pronostican el triunfo del PP en las elecciones andaluzas. Triunfo que, en cualquier circunstancia, para el asunto que nos ocupa, seguiría siendo igual de significativo aún en el caso de que Javier Arenas, el candidato de los populares, no lograra la mayoría absoluta. ¿Por qué? Pues porque dada la coincidencia entre el PSOE y los sindicatos UGT y CC.OO. en el rechazo a las reformas, y teniendo en cuanta que este asunto se ha convertido en uno de los ejes de la campaña electoral, cualquier resultado que les otorgue ventaja respecto de los socialistas -y, no digamos, si llega a confirmarse la mayoría absoluta- será interpretado desde el Gobierno como un plebiscito favorable a la polémica reforma.
Así las cosas, sea cual sea el seguimiento que pueda cosechar la huelga, el discurso a la contra se apoyará en una idea muy difícil de refutar porque si resulta que en Andalucía -la comunidad autonómica más castigada por el paro (por encima del 21 por ciento de la media nacional y con el 50 por ciento de todo el desempleo juvenil)- es el PP quien gana las elecciones querrá decir que, aunque sea por desesperación ante la ineficacia de los gobiernos de Chaves y Griñán en la lucha contra el paro, el grueso de los andaluces habrá optado por dar un margen de confianza al Gobierno Rajoy. A veces, las cosas no salen como se proyectan.
Griñán no quiso convocar las elecciones el pasado 20-N -coincidiendo con las generales- para ganar tiempo y distanciarse del castigo a Zapatero que avizoraban todas las encuestas. Ahora se encuentra que tiene enfrente a un PP mucho más crecido que hace seis meses: gobierna en casi todos los ayuntamientos y comunidades autónomas y tiene a su disposición el BOE. Tengo para mí que Griñán se ha dado cuenta de su error, pero que ya es tarde para rectificar. Si las andaluzas hubieran coincidido con las generales, la derrota del PSOE andaluz se habría diluido en el registro del fracaso generalizado de Rubalcaba en toda España. Ahora lo que está por venir será mucho más visible y, por lo tanto, políticamente más doloroso. Visto con perspectiva, creo que Griñán se equivocó al aplazar la cita con las urnas. El domingo saldremos de dudas.
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
Fermín Bocos