Los trabajadores que no encuentran trabajo, ¿se sumarán a las manifestaciones convocadas en todas las capitales como colofón a la jornada de huelga general? Supongo que algunos sí, y otros, no. Saber lo que pasa por la cabeza de un parado, en un día huelga convocada para protestar por una reforma laboral, es tarea compleja. Por mucha que sea la sensibilidad de los médicos, su punto de vista sobre las carencias de un hospital, nunca podrá equipararse al punto de vista de los enfermos.
El país está mal, nuestra economía ha entrado en recesión, pero las grandes empresas que cotizan en la Bolsa -casi todas ellas multinacionales- ganan dinero. Algunas, incluso, mucho dinero. En España solo hay 2.021 empresas con más de 50 trabajadores y no son las que más problemas tienen. El problema gordo afecta a las PYMES. Tenemos 554.435 con un sólo trabajador; hay 541.839 con una plantilla de menos de 5 empleados y 284.400 con menos de 50 empleados. Aquí es dónde esta el corazón del problema del paro y la paralización de la actividad productiva.
Hay expertos que dicen que puesto que el problema que tienen este tipo de empresas es la falta de crédito, antes de adentrarse por el campo de minas de la reforma laboral, el Gobierno de Rajoy debería haber dado prioridad a la reforma bancaria. Si, gracias al fondo de rescate, los bancos y cajas en más de un caso se han zafado de un final a lo Lehman Brothers, lo menos que se les podía exigir es que abrieran otra vez el grifo del crédito para los autónomos y los pequeños y medianos empresarios.
Sin circulante, la vida económica se estrangula. No haber empezado por ahí ,a mi modo de ver, ha sido un error, y ,convertir la reforma laboral en un dogma, otro error. Lo mismo digo de los sindicatos: también ha sido un error convocar una huelga general en éstos momentos cuando tenemos cinco millones de desempleados. ¿Por qué? Pues, porque, con independencia del seguimiento que consiga, por desgracia, no nos resolverá el problema del paro.
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Fermín Bocos