martes, noviembre 26, 2024
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El Real Madrid en estado de ansiedad

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Lo dijo Emilio Butragueño al finalizar el partido entre el Real Madrid y el Valencia: “Hemos estado un poco ansiosos”. Lleva razón el dirigente madridista en su lectura del encuentro, que fue sencillamente espectacular por parte de los dos equipos que merecieron más que ese empate a cero final.

El partido terminó sin goles, pero fue emocionante a más no poder con llegadas a una y otra área que se hacían a toda velocidad y con un ritmo frenético. Fue puro vértigo.

Si un pero hay que ponerle al Real Madrid es que jugó atacado por un estado de ansiedad  que no le ayudó a la hora de  resolver las muchas ocasiones de gol que tuvieron. Por primera vez  en esta temporada se quedó sin marcar en el Bernabéu.

Esa ansiedad debe venirle al Madrid por la presión que desde atrás le está metiendo el Barcelona. De diez puntos de ventaja ha pasado a tener tan solo cuatro, con la visita al Camp Nou pendiente para dentro de dos semanas. El empate a cero ante el Valencia ha trastocado los planes del equipo blanco que veía como la liga la tenía en su mano y que ahora ya sabe que tiene la obligación de no fallar ante ningún otro rival para seguir dependiendo de sí mismo.

El Madrid tampoco tuvo de cara el factor suerte en el gran partido que protagonizó junto a un Valencia extraordinario que le jugó de frente y por derecho al equipo de Mourinho. 

El Real Madrid no tuvo suerte y encima se encontró con un grandioso Guaita, el guardameta valenciano que hizo el partido de su vida. Hizo paradas increíbles, sobre todo  dos disparos de Benzemà y Di María que parecían goles cantados. La actuación de Guaita fue sencillamente sensacional, se sintió imbatible y siempre respondió a los rabiosos ataques de un Madrid al que nada se le puede reprochar. Jugó un magnifico partido, lleno de intensidad y de matices. Solo le faltó el gol, como al Valencia. Los dos equipos merecieron marcar  pero fue la noche, primero de Guaita, y después de Casillas que también paró dos balones que iban camino del gol. 

El partido fue memorable por parte de los dos equipos. Nunca debió terminar  sin goles porque los dos hicieron méritos para marcar. El Madrid, creo, sinceramente, que fue un poquito mejor y mereció la victoria. Tuvo más ocasiones y fueron más claras que las del equipo de Unay Emery, que hizo un planteamiento táctico impecable. Pero seguro que muchos al ver la alineación tan conservadora que sacó, ya tenían  las escopetas cargadas contra él, cuando se trata de un extraordinario técnico.

Mourinho, ese entrenador conservador y rácano,  jugó con toda su artillería, con el tridente atacante más goleador del campeonato.  Pero la pegada que tantos puntos ha dado al Madrid, no apareció y cuando lo hizo ahí estaba Guaita, el gran protagonista, y el culpable del reparto de puntos.  

Ahora, los agoreros de siempre dirán que el Madrid está tirando la liga, que el Barcelona es  el claro favorito, que en el vestuario blanco se oyen ruidos de sables y más tonterías. Puede que los jugadores  que ya sienten  el aliento del Barça en el cogote, estén inquietos y  hasta atacados por la ansiedad – Mourinho debe actuar para cortar por lo sano-, pero creo que después del ver como han jugado ante un Valencia esplendido, sigue siendo el gran favorito para ganar la liga. Son cuatro puntos, una distancia que el más pesimista hubiese firmado sacar a los de Guardiola al comenzar la temporada. Faltan siete jornadas y puede que ninguno de los dos grandes contrincantes pierda un solo partido.

El 22 de Abril, se enfrentaran en el Camp Nou el Barcelona y Real Madrid. Ahí se jugarán la liga. Es ahí donde los de Mourinho deben dar el do de pecho  y demostrar si son mejores que el Barcelona o no. Va a ser la gran batalla y la que puede dar el vencedor, no solo de esta liga, sino de la Champions.

Se sabe  que en la Ciudad Condal, se ha brindado con cava por el nuevo empate del Madrid que  acerca al Barcelona a cuatro puntos. Y brindan porque ya dan por hecho que en el campo azulgrana, los blancos saldrán derrotados. Yo les diría que no vendan la piel del oso antes de cazarlo.

No obstante es una situación con la que no contábamos nadie, ni  tan siquiera  el Barcelona, que se ha agarrado al gran Messi (el 50% del Barça) quien con 23 goles en 12 partidos ha puesto la liga al rojo vivo. Hace poco eran diez puntos y ahora a falta de siete jornadas están a cuatro. No se lo creían y ahora empiezan a creer en los milagros.

El partido del próximo miércoles en el Calderón  contra el Atlético de Madrid será de una trascendencia vital para el Real Madrid, que por mucho que digan y se empeñen algunos, no está ni tocado, ni hundido. Ahora que la liga está un poco más complicada es cuando tiene que sacar a relucir su grandeza como equipo.

Por lo  que mostraron de orgullo,  pero sobre todo por el gran juego desplegado junto al  mejor Valencia de la temporada, es por lo que me permito decir que la liga sigue teñida de blanco. El Real Madrid,  si,  empató y perdió dos puntos, y ¿qué?  Jugando como lo hizo de forma intensa, vertiginosa y generosa tiene que ser optimista. Solo le faltó suerte y que al árbitro hubiese señalado alguna falta dentro del área, que alguna hubo. Pero mejor no hablar de los colegiados, que bastante tienen con los lloriqueos de los dos grandes cuando son perjudicados. Corramos un tupido velo.

Pese al  0-0 y que el Barcelona esté a cuatro puntos, el Bernabéu despidió al Madrid con una cerrada ovación por la lucha, la entrega y el gran juego que desplegó frente a un Valencia más valiente que nunca.  El partido fue un monumento al fútbol. Y con eso  se quedó la afición blanca que creé en su equipo.

Alfonso Celemín

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