No tenemos medida. Tampoco la Familia Real. Nadie entendió “la visita del médico” que hizo Doña Sofía al Rey de apenas 20 minutos y mucho menos su retraso en acudir a visitar al Rey. Los rumores en los mentideros sociales, políticos y periodísticos sobre su distanciamiento han sido una constante desde hace muchos años, pero la profesionalidad de ambos, especialmente de ella, llevaba a parecer que no pasaba nada. Todos felices, ellos y nosotros. Los rumores de estos días sobre ese distanciamiento ya han saltado a los medios, quizás por eso la última visita de la Reina al Rey duró tres horas. Qué exageración. De veinte minutos a tres horas. Se trataba de aplacar las críticas y los rumores y no parece que se haya logrado porque nadie se cree que Don Juan Carlos y Doña Sofía hayan tenido tres horas de conversación. En cualquier caso la intención es buena aunque sea exagerada y estrambótica.
Tranquiliza saber que la Reina vuelve a estar metida en su papel. Porque a ella también parece que se le fue la olla al decir, refiriéndose al accidente de escopeta de su nieto, que “con los niños pasan estas cosas”. No Majestad, con los niños no pasan estas cosas. Con los niños con padres irresponsables y que violan las normas, sí.
En cualquier caso, bienvenida Majestad porque nos tenía preocupados.
Pinocchio