Pilar Velasco, a la que conocí hace casi dos años en un estudio de la Cadena SER y al tiempo como columnista de Estrella Digital, es de esos periodistas que salen uno o dos en cada promoción de la Facultad. Atesora Pilar Velasco dos ingredientes cada vez más escasos en la profesión: ganas de saber la verdad y rigor. Qué curioso, pero no casual, estos dos elementos son, precisamente, los que menos gustan a políticos y dirigentes.
Claro, no es de extrañar que Pilar los ponga nerviosos y quieran callar su voz en la sala de un juzgado.
Pilar Velasco, para empezar, es periodista, lo cual no dice nada a su favor. Empeora su situación al ser periodista independiente, y eso ya sube un peldaño para convertirla en sospechosa. Remata su curriculum al ejercer de periodista independiente que investiga el poder. Eso es lo que la transforma en peligrosa y lo que no tolera la nueva estirpe de políticos que nos ha tocado en suerte.
Hace poco le ocurrió a Nacho Escolar con el mismo sujeto por haber publicado una serie de informaciones sobre el caso Gürtel, el espionaje en Madrid y el campo de golf del Canal de Isabel II. Como decía el propio Escolar, “unos asuntillos feos”. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid quería meterles una clavada a algunos periodistas de Público de 600.000 € . Sin contar que pretendía que los abogados de la Comunidad le llevaran el caso para que le saliera gratis. Ni lo uno ni lo otro. Se tuvo que pagar a los letrados y vio, mordiéndose las uñas, cómo los periodistas salieron inocentes de una presunta “campaña de desprestigio”.
Ahora le toca a Pilar Velasco pasar por el suplicio de estar imputada y tener que acudir al juzgado, atención al dato, por el presunto delito de descubrimiento y revelación de secretos. Esto es por colgar en la web de la SER el famoso video de Nacho González y otros tres empresarios que hablaban de cosas que los mortales normales no entendemos, como bancos suizos, cheques y esas pequeñeces, y que llevaban pesadas bolsas que, según Esperanza Aguirre, iban llenas de toallas.
Lejos de que pueda parecer corporativismo, da la sensación de que es el mundo al revés.
¿Por qué no se investiga de una santa vez ese viaje y otros asuntos relacionados con la misma persona? Todos estaremos más tranquilos. Incluso él, sobre el que tantas noticas se escriben últimamente.
Estoy seguro de que, algún día, y no tardando, Pilar dará la exclusiva sobre la marca de las toallas que, según Esperanza Aguirre, Nacho González llevaba en las bolsas durante su viaje a Colombia.
En tanto que llega ese momento, que llegará, es un honor compartir tribuna con una periodista de raza, a la que este episodio, lejos de amilanarla le dará más fuerza y compromiso con una profesión cada día más sometida.
Alfonso García – Estrella Digital
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Alfonso García